Redacción Gestión

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¿Qué lecciones dejan los últimos 25 años con el manejo monetario vigente?Luego de la hiperinflación hubo un consenso de que la estabilidad de precios era una aspiración a la que había que darle mucho peso. En ese sentido, tanto la Ley Orgánica del 92 como la Constitución del 93 tomaron mucho la experiencia de cómo se logra tener autonomía suficiente y necesaria para aspirar a una estabilidad monetaria. Felizmente los resultados indican que, desde que se asumió las metas explícitas de inflación, la inflación ha estado por debajo del 3%.

En el 2002, que se implementaron las MEI, el rango meta era 2.5% más/menos 1 punto. Luego se bajó hasta 2%. ¿Por qué se hizo ese cambio?La idea es que la meta de 2% +/- 1 punto refleja la aspiración de inflación de prácticamente todos los países con los que tenemos relaciones comerciales. Ese número te dice que el tipo de cambio en equilibrio no tiene que moverse mucho respecto a otras monedas, porque las inflaciones relativas van a ser similares en el mundo.

¿Qué se logra con ello?Eso sirve a los intereses de largo plazo del país de consolidar una moneda aceptada por los peruanos y que compite de igual a igual con los países con que comerciamos. El 2% no es arbitrario, es a la que aspiran en EE.UU., en Europa, en Japón. Es una inflación de equilibrio, y no habría grandes del tipo de cambio nominal en el largo plazo porque estamos en consonancia.Por eso se bajó la meta del 2.5% al 2%, para terminar de consolidar esa idea. Esa debería ser la meta de largo plazo.

¿Considera que el dinero es neutral en el crecimiento de largo plazo?Todavía mantenemos la neutralidad del dinero en el sentido en que la tasa potencial de crecimiento es gobernada por los factores de producción, productividad, etc. La política monetaria cumple un rol de corto plazo para morigerar los shocks que puedan venir de afuera o de adentro. En ese sentido, la política monetaria moderna ha logrado suavizar recesiones o evitar recalentamientos.

Algunos bancos centrales en el mundo tienen dos objetivos que priorizan. ¿Convendría adoptar eso en el BCRP?Mi opinión personal es que no lo veo conveniente para el caso de Perú. Hay bancos centrales con doble objetivo y otros con objetivo único, y los que tienden a tener objetivos únicos son en países que han tenido hiperinflaciones. Es el sesgo del Bundesbank y del BCRP. Somos un país con un fenómeno de varias décadas que terminó siendo explosivo.

¿Cuál sería el problema?El problema de tener un objetivo dual es que el banco central y los agentes no tienen claro cuál objetivo se va a privilegiar, y eso contamina las expectativas, contamina todo. En la práctica el objetivo de estabilidad de precio indirectamente le da peso al ciclo económico a través de la brecha de producto, pero la interpretación de por qué y cuándo intervenir es en función de si estamos cumpliendo la meta de inflación. Creo que no ha habido duda de que el objetivo único sirve bien para el objetivo del país, porque con política monetaria no puedes hacer crecer permanentemente la economía del país.

¿Considera que es un desafío cambiar el funcionamiento del BCRP con la implementación de la Ley Servir?La autonomía e independencia del BCR no es solo de política, sino también económica; la parte de autonomía presupuestal y de reclutamiento. Con la Ley Servir, lamentablemente, el presupuesto del BCRP y políticas estarían dentro del aparato del resto del Poder Ejecutivo. Eso va a en contra de la forma en que se concibe la independencia del BCRP.Lo que se trata de evitar es la predominancia fiscal. En un caso extremo el BCR terminaría dependiendo de la política fiscal y sus necesidades, como pasó en los 80.

Pensando en el mediano plazo, ¿qué tan desafiante se ve el entorno externo?Tenemos un contexto mundial un poco complicado, pero más bien creo que el Perú debería (y las nuevas autoridades deben ser muy proactivas) en situar al Perú como una economía estable, segura y con mucho espacio para crecer, en muchos proyectos. Podemos ser un buen imán para inversiones de mediano y plazo. En ese sentido, yo lo vería más que como un riesgo, como una oportunidad para nosotros.

¿Y el reto para el próximo Gobierno?Las nuevas autoridades van a tener que ver muy hacia adentro para destrabar, pero también hacia afuera para consolidar la imagen del Perú como un país que puede atraer la inversión en los próximos 10 o 15 años sin problemas. En ese sentido, es un riesgo pero también una oportunidad la perspectiva de mediano plazo del país.

Pieza:Gustavo Yamada y Diego Winkelried, profesores e investigadores de la Universidad del Pacífico, presentaron el libro "Política y Estabilidad Monetaria en el Perú", que hace un recuento de los logros y desafíos para el manejo monetario en el país.