(Bloomberg) Ocho estados de Estados Unidos, con al menos una cosa en común, quizás están esperando que el presidente Donald Trump establezca una relación cordial con el líder chino Xi Jinping en su resort de Florida esta semana.

Entre los que encabezarían la lista estarían Luisiana, el estado con el mayor superávit comercial con China, seguido por Washington, Oregón, Alabama y Alaska.

Aunque Trump criticó duramente las prácticas comerciales desleales de China durante la campaña electoral y amenazó con imponer aranceles que provocaron temores de una guerra comercial perjudicial, su administración ha adoptado hasta ahora un enfoque moderado. Sin embargo, Trump sigue repitiendo que quiere "nivelar el campo de juego".

Lo cierto es que la alteración de los patrones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo podría tener todo tipo de consecuencias impredecibles.

Esto es especialmente cierto para los estados con superávit comercial, incluidos los seis que votaron por Trump, como Carolina del Sur, Virginia Occidental y Montana.

En general, Estados Unidos registró un déficit comercial de US$347.000 millones con China el año pasado, siendo California responsable de aproximadamente un tercio de esa cantidad.

Alrededor de 30 estados importaron por lo menos US$ 1,000 millones más en bienes chinos de lo que exportaron, según datos de la Administración de Comercio Internacional, un brazo del Departamento de Comercio estadounidense.

El estado de Luisiana de la costa del Golfo de México, salpicado de refinerías y plantas químicas, se convirtió en el mayor beneficiario del comercio con China el año pasado, ampliando su superávit comercial a US$6.800 millones, mientras que en el noroeste el excedente de Washington fue de US$ 4,600 millones.

Las estadísticas del Consejo Empresarial Estados Unidos-China muestran que la mayor parte de las exportaciones totales de ese estado en 2015, por valor de US$ 15,400 millones, pertenecen a la categoría de equipos de transporte, lo que sugiere que podría estar en juego el mayor empleador privado del estado: Boeing.

Por el lado de los que registran mayores déficits están cuatro de los cinco estados más poblados de Estados Unidos El que más resalta es la altamente dependiente de la tecnología California, que el año pasado exportó US$ 14.400 millones siendo las computadoras y los electrónicos algunos de sus productos de más venta mientras importó la cifra asombrosa de US$144.100 millones en productos chinos.

La demanda de importaciones en Illinois y Nueva York superó de manera similar los principales productos de exportación a China de esos estados: cultivos y materiales reciclados, respectivamente.

Incluso con la mayoría de los estados que podrían beneficiarse de un reequilibrio del comercio con China, Trump debe pensar dos veces en centrarse en las sanciones comerciales como una solución cuando se reúna con Xi el jueves y el viernes, escribe el economista en jefe de Bloomberg Intelligence Michael McDonough. Acciones severas podrían terminar perjudicando a muchos consumidores y empresas estadounidenses.

Así que a menos que la ciudad de Nueva York tenga mucho más cartón y chatarra que pueda enviar a China, el camino de Trump a un menor déficit probablemente tendrá que pasar por Xi y la "difícil" primera reunión que el presidente dice que anticipa tendrán ambos esta semana.