Redacción Gestión

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(Agencias).- Francia se ha convertido en el primer país del mundo que prohíbe a los supermercados tirar o destruir los alimentos que no vendan.

En lugar de eso, serán obligados por ley a donarlos a organizaciones benéficas y bancos de alimentos, que serán las encargadas de distribuirlos entre los necesitados.

Se estima que en Francia se echan a perder siete millones de toneladas de alimentos al año. Los activistas esperan ahora persuadir a la UE a adoptar una legislación similar en todos los estados miembros.

La normativa ha sido aprobada por unanimidad por el Senado francés y entrará en vigor el próximo miércoles.

A partir de entonces, los supermercados no podrán almacenar comida de buena calidad que se acerque a su fecha de caducidad.

En su lugar, firmarán convenios de colaboración con organizaciones benéficas, que podrán multiplicar el número de comidas gratuitas que distribuyen cada día.

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La normativa también prevé multas de hasta 75.000 euros para los supermercados que destruyan deliberadamente los alimentos con el fin de evitar que sean recuperados por las personas que los recogen de los contenedores próximos a las tiendas.

Las organizaciones benéficas también tendrán obligaciones que cumplir: recoger y almacenar los alimentos en condiciones higiénicas y distribuirlos adecuadamente.

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