Los fondos de pensiones mundiales tienen recursos para hacer mucho más por proteger al planeta frente al cambio climático, dada la influencia de la industria, que mueve US$ 41 billones.

De acuerdo con la división de Finanzas Sostenibles de , las pensiones que no tienen en cuenta la sostenibilidad tienen una huella de carbono equivalente a 2,000 millones de toneladas de CO2 al año. Apostar por opciones de inversión más ecológicas podría reducir ese nivel en 1,400 millones de toneladas, o hasta un 72%. Esta cifra equivale a las emisiones de más de 600 plantas de carbón.

"Si un consumidor realmente quiere influir en su huella de dióxido de carbono, ésta es una buena manera", dijo Johan Nystedt, director de Nordea Liv & Pension Sweden. La unidad de Nordea ha reducido la huella de carbono en su cartera, de gestión tradicional, un 70% en un período de dos meses.

Karim Sayyad, analista de Nordea Sustainable Finance, señala que hay mucho potencial para influir la agenda climática a través de la inversión.

"El capital es un ciudadano del mundo", dijo. "Lo que la gente tiene que entender es que el dinero de su pensión tiene la posibilidad de frenar el cambio climático".

Cuando invierte de forma sostenible, Nordea Liv & Pension Sweden dice que impone "criterios de sostenibilidad muy estrictos". Por ejemplo, no más del 5% de los ingresos de una empresa en la que invierte puede provenir de negocios con altas emisiones de dióxido de carbono, señala Nystedt. Muchos otros mandatos de sostenibilidad establecen ese límite en un 30%, señala.

Salvar el planeta no es lo único que motiva a Nordea, también lo es "la fuerte creencia de que las empresas sostenibles ofrecerán un mejor rendimiento en el tiempo que las no sostenibles", dijo Nystedt, quien ve un riesgo de que los inversores puedan rechazar las empresas no sostenibles incluso si generan valor.

TAGS RELACIONADOS