Los desembolsos no se escalonan ni están condicionados al cumplimiento de metas de política económica, como ocurre con los programas tradicionales respaldados por el FMI. (Foto: AFP)
Los desembolsos no se escalonan ni están condicionados al cumplimiento de metas de política económica, como ocurre con los programas tradicionales respaldados por el FMI. (Foto: AFP)

El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) concluyó hoy el examen sobre la habilitación de Perú en el marco del acuerdo de la Línea de Crédito Flexible (LCF) y reafirmó que el país continúa satisfaciendo los criterios de acceso a los recursos de la LCF.

El acuerdo de dos años, aprobado el 28 de mayo del 2020, asciende a un monto de DEG 8,007 millones (aproximadamente US$ 11,000 millones o 600% de la cuota). Las autoridades peruanas manifestaron su intención de continuar asignando carácter precautorio al acuerdo.

La LCF fue creada el 24 de marzo del 2009 como parte de una profunda reforma de los mecanismos de préstamo del FMI. La LCF está concebida para prevenir crisis, ya que ofrece la flexibilidad de utilizar la línea de crédito en cualquier momento durante el período del acuerdo (uno o dos años); los acuerdos de dos años en el marco de la LCF están sujetos a una revisión de mitad de período.

Los desembolsos no se escalonan ni están condicionados al cumplimiento de metas de política económica, como ocurre con los programas tradicionales respaldados por el FMI. Este importante acceso con desembolso inicial y exento de condiciones de constante vigencia es posible gracias al historial muy sólido de los países con derecho a utilizar la LCF, que permite confiar en que seguirán aplicando políticas económicas firmes.

La gran solidez de las políticas macroeconómicas y los marcos institucionales de políticas de Perú y el historial sólido de políticas prudentemente calibradas han apuntalado el firme crecimiento y la estabilidad en los últimos años y han ayudado al país a sortear las dificultades impuestas por la pandemia de COVID-19. Un sólido régimen de metas de inflación, un marco fiscal creíble y con bajo nivel de deuda pública, y la robusta supervisión y regulación del sector financiero le han permitido al país desplegar una enérgica respuesta mediante políticas para mitigar el impacto socioeconómico de la pandemia y a la vez mantener condiciones firmes de acceso a los mercados internacionales de capital”, dijo el director general adjunto Mitsuhiro Furusawa tras el debate del Consejo Ejecutivo sobre Perú.

Tras la peor contracción económica en 30 años, se prevé un repunte de la actividad económica este año a medida que se distribuyan las vacunas contra la COVID-19 y se vaya controlando gradualmente la pandemia. No obstante, las perspectivas económicas siguen siendo muy inciertas. Pese a la rápida recuperación en algunas economías importantes, y a la mejora de los precios de las materias primas, los riesgos externos siguen siendo elevados. El acuerdo en el marco de la Línea de Crédito Flexible (LCF), junto con las cuantiosas reservas internacionales, el bajo nivel de deuda pública, la inflación anclada y un sistema financiero sólido, han proporcionado a las autoridades un valioso seguro en un período de incertidumbre y volatilidad sin precedentes.

La LCF continuará siendo un instrumento importante de apoyo a la estrategia macroeconómica de las autoridades, gracias a que apuntalará la confianza del mercado y brindará un valioso margen de maniobra ante riesgos extremos. Las autoridades tienen la intención de seguir asignando a este acuerdo carácter precautorio y de reducir progresivamente su uso según lo permitan las condiciones externas. Será importante contar con una estrategia de comunicación adecuada para preparar a los mercados para este paso”.

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