El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene sus expectativas de crecimiento de 8.5% de Perú para este año.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantiene sus expectativas de crecimiento de 8.5% de Perú para este año.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que la actividad económica en Perú se recupere este año, estimando que el 75% de la población peruana se vacunará hasta enero del 2022, según revela su informe sobre revisión de la línea de crédito flexible del FMI al Perú.

De esta manera estima que la economía peruana crecería en 8.5% este año y 5.2% para el 2022.

Para el mediano plazo, el FMI estima que el crecimiento del PIB real convergerá al 3.25%, el cual estaría un 9% por debajo de las proyecciones la prepandemia al final del horizonte de pronóstico.

Detalla que, ello se refleja con el cierre de empresas, la pérdida de empleo y la reducción de las inversiones.

Para la entidad, la recuperación en el mercado laboral tomaría tiempo y la brecha de producción negativa para el 2021 y 2022 mantendría la inflación dentro del rango meta.

El FMI detalla que, en el mediano plazo, la cuenta corriente se movería gradualmente hacia un déficit de 1.6% del PBI, con reservas internacionales que se mantendrían en niveles cómodamente altos.

“Las perspectivas son muy inciertas y los riesgos siguen siendo elevados”, detalla en su informe.

En el frente interno, afirman que contener el último brote de COVID-19 ha sido un desafío, que podría agravarse aún más por las próximas temporadas de clima frío si no se acelera el despliegue de la vacunación.

Considera que nuevas restricciones de movilidad más amplias y estrictas podría frenar la actividad económica en tal escenario.

Por otro lado, el FMI afirma que una mayor incertidumbre política y malestar social también podrían afectar la inversión privada a corto plazo.

Entorno externo

En cuanto al frente externo, hay factores positivos como los retrocesos en la evolución de la pandemia a nivel mundial, y por otro lado, un fuerte aumento de las primas de riesgo globales que presagian un endurecimiento de las condiciones financieras y el acceso a los mercados internacionales de capital.

“La volatilidad en los precios de las materias primas y un retroceso global en la integración comercial son los principales fuentes de riesgo a la baja”, indican.

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