Redacción Gestión

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Las políticas macroeconómicas y fiscales del Perú han logrado de forma prudente un ciclo de financiamiento internacional y de commodities positivo sin acumular grandes desequilibrios económicos y externos, de acuerdo con un nuevo informe especial de .

En la actualidad, las políticas también permiten el uso de estímulo anticíclico para emparejar el crecimiento.

El marco de política económica del Perú se basa en un régimen de metas de inflación creíble, una gestión macroprudencial proactiva y una política fiscal basada en reglas.

"La combinación de políticas de Perú ha permitido al soberano desarrollar un historial de coherencia política y de credibilidad, lo que lleva a una afianzada estabilidad macroeconómica y financiera, y ha generado un espacio de políticas anticíclicas", dijo Erich Arispe, director del Grupo de Soberanos de Fitch.

Mediante el uso de metas de inflación, el Perú ha establecido un récord de baja inflación, a pesar de la persistente dolarización financiera. Las expectativas de inflación ancladas han proporcionado espacio para implementar políticas de estímulo monetario, a pesar de las presiones de depreciación.

A pesar de la desaceleración del crecimiento económico y la depreciación del sol peruano, los fundamentos del sector financiero siguen siendo sólidos. Una gestión macroprudencial eficaz ha impedido la acumulación de vulnerabilidades durante los años de alto crecimiento, rápida apreciación y abundante liquidez externa.

La alta dolarización financiera, en relación a sus pares con calificación 'BBB', plantea límites a la flexibilidad del tipo de cambio y desafíos para la política monetaria. Sin embargo, las políticas dirigidas a la desdolarización del crédito, las altas reservas internacionales, las medidas macroprudenciales y la disponibilidad de herramientas de intervención de divisas han reducido los riesgos relacionados con la alta dolarización.

Una prudente gestión fiscal ofrece espacio para flexibilizar la política para hacer frente a un entorno externo más difícil. Después de registrar superávits consecutivos y reducir los niveles de deuda por debajo del 20%, el gobierno tiene la intención de proporcionar 2 puntos porcentuales del PBI en el estímulo fiscal para este año.

La flexibilidad de financiamiento fiscal del Perú es fuerte debido a su fondo institucionalizado de estabilización fiscal, los importantes depósitos del gobierno, el favorable perfil de amortización y composición de la deuda y un mercado local de deuda en desarrollo.

Las políticas monetarias y fiscales expansivas del Perú deberían dar un impulso a la economía en el 2015 y 2016. "El reto para las autoridades es retirar el estímulo monetario y fiscal en el momento oportuno y prudente para salvaguardar la credibilidad política y reconstruir el espacio anticíclico", añadió Arispe.

Se necesitarán reformas para impulsar mejoras a la productividad y competitividad con el fin de mejorar las perspectivas de crecimiento a largo plazo en la ausencia de mayores precios de las materias primas y abundante liquidez externa.