La agencia de calificación crediticia prevé que la economía peruana se contraerá en 12% este año. (Foto: GEC)
La agencia de calificación crediticia prevé que la economía peruana se contraerá en 12% este año. (Foto: GEC)

Este martes la agencia de calificación de crédito Fitch Ratings revisó el panorama para la economía de Perú y.

Entre los argumentos, Fitch señala que el debilitamiento de la cohesión política y las instituciones desde el año 2016 podría socavar la capacidad del próximo gobierno para implementar amplias reformas fiscales, políticas y económicas que mejoren la productividad. Además, no se descartan tensiones periódicas entre el Ejecutivo y el Legislativo e inestabilidad política en los próximos años.

Ante ello, el exministro de Economía, Alonso Segura, señaló a que Perú era el único país en América Latina que no había sufrido cambio de perspectiva a la baja desde el 2008, manteniendo desde esa fecha una perspectiva estable.

“Hace 12 o 13 años que no teníamos una noticia mala de esta naturaleza, es decir, ya se ven grietas más grandes en términos de la calidad crediticia de Perú. (...) Sí es un hito lamentable que no se debe minimizar, es una ‘clarinada’ de alerta de lo que está ocurriendo”, dijo Segura al precisar que la calificación en sí aún no ha sido cambiada y se mantiene en BBB+.

En esa línea, indicó que ahora el reto será realizar algunas acciones para no caer, efectivamente, en perspectiva negativa.

Según dijo, ello pasaría -en primer lugar- por el hecho de que el Congreso revierta todas las medidas económicas que ha estado optando.

Es preciso mencionar que Ficht también señala que han socavado la previsibilidad de la formulación de políticas y han añadido presión fiscal a corto y mediano plazo. Una de ellas es la ley que permite el retiro de fondos de la ONP por hasta 1 UIT (S/ 4,300).

El exministro agrega que se debería rectificar la trayectoria fiscal a mediano plazo de Perú y finalmente, se debe considerar el nuevo escenario político tras las elecciones generales del 11 de abril del 2021.

“Cómo será el nuevo Congreso, el nuevo Ejecutivo y la discusión que se está gestando sobre una reforma constitucional, todo eso va a ser determinante en diversos términos, más allá de las calificaciones crediticias, pero que impactan en la percepción que se tiene sobre la fortaleza y credibilidad del país como un destino de inversión”, sostuvo.

Indicó que cuando se realice una nueva calificación y en efecto, se cambie a negativo, ello se traducirá en un incremento en el costo de financiamiento para el país tanto para el sector público como para el privado.

Explicó que dicho aumento será muy tímido al comienzo, pero si marca el inicio de una senda de deterioros a perspectivas a la baja en las calificaciones crediticias sí sería una situación preocupante para el país “dado que la macroeconomía era la única fortaleza que tenía Perú”.

Aviso de alerta

Por su parte, el economista Jorge González Izquierdo, señaló que lo que importe es que Fitch no ha bajado la calificación y solo se ha cambiado la perspectiva, que puede ser permanente, constante y negativo, siendo éste último asignado a Perú.

“Esto es un impacto menor. Se produciría un impacto si se hubiera bajado la calificación. Si tenía BBB y se baja a BB ahí el impacto es mucho más grande. Sin embargo, ya es un aviso que está dando al país esta calificadora de riesgo puesto que ve que el comportamiento, sobre todo del Congreso, está representando una amenaza a la estabilidad económica y financiera del país”, sostuvo.

Señaló que el mensaje de la calificadora es una advertencia sobre el comportamiento del Parlamento en materia económica, lo que en el futuro podría generar una reducción de la calificación.

“Hoy no ha bajado la calificación, solo la perspectiva, porque está considerando que el Congreso se está convirtiendo en un ente o una institución que está representando ya una amenaza”, dijo.

González Izquierdo coincidió con Segura al alertar que si -en efecto- se baja la calificación crediticia de Perú en una próximo evaluación, el primer impacto negativo será un mayor costo de endeudamiento, a lo que se suma una menor llegada de capitales.