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(Bloomberg) ¿En qué momento el pisar con cuidado lleva a quedar rezagado?

La semana pasada, los funcionarios de la Reserva Federal dieron indicios de que prevén elevar las tasas de interés dos veces este año, mientras que los inversores anticipan un solo aumento. Si es posible guiarse por la teoría económica, la perspectiva crediticia más restrictiva del banco central aún dejaría la meta de la tasa de referencia demasiado baja.

Eso, según una norma de política que lleva el nombre del economista de la Universidad de Stanford John Taylor que incluye la inflación, la producción y otros datos en una ecuación para calcular el nivel correcto del interés. Algunos legisladores quieren que esta norma sea de aplicación obligatoria para el banco central.

La diferencia entre la teoría y la realidad se produce porque las autoridades no quieren ahogar la recuperación con aumentos de tasas que podrían ser correctas en los papeles pero no fáciles de digerir en la realidad. Al hacerlo, reciben críticas de quienes sostienen que las tasas bajas son un error que podría dar lugar a una burbuja de activos o a inflación. Otros, incluido el ex secretario del Tesoro de los Estados Unidos Lawrence Summers, afirman lo contrario.

"¿La Fed se ha quedado atrás respecto de la Norma Taylor? Sí, levemente, y es totalmente razonable", dijo Laura Rosner, economista estadounidense sénior de BNP Paribas SA en Nueva York. "Para la Fed es mucho más barato tener un poco más de inflación y ocuparse de eso que estar en una situación en la cual se vuelve a expandir el balance o se rebajan las tasas a territorio negativo".

La Fed está ante un panorama económico complejo. La tasa de desempleo cayó a 5%, cerca del nivel que muchos funcionarios consideran pleno empleo, pero los aumentos de salarios siguen siendo modestos. Eso no deja aumentar una inflación que ya está por debajo de la meta de 2% del banco, en parte debido a la caída que sufrió el precio del petróleo el año pasado y a un dólar más fuerte, mientras que un crecimiento mundial más débil también plantea riesgos.

Las opciones de la Fed para fomentar el crecimiento son limitadas. Su balance sigue siendo cinco veces más grande que antes de la crisis financiera y en diciembre subió las tasas a una banda de 0.25% a 0.5%, antes de dejar los aumentos en suspenso en las siguientes tres reuniones del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) que fija las políticas. Como las tasas todavía están cerca de cero, los funcionarios sostienen que la economía pagaría un precio más bajo si generara una inflación más alta que si se estancara.

Norma TaylorSin embargo, de acuerdo con la versión 1999 del propio Taylor sobre su norma, la Fed debería haber comenzado el ciclo de ajuste en el tercer trimestre de 2015. De hecho, las autoridades pensaban ir a un aumento en septiembre antes de que la incertidumbre sobre las perspectivas en medio de las turbulencias de los mercados financieros las convenciera de aplazarlo.

Los inversores son más pesimistas que los funcionarios. Mientras que el FOMC el miércoles dejó la puerta abierta a aumentos de tasas de interés en junio, cuando se den a conocer los nuevos pronósticos económicos y las proyecciones de las tasas de interés, los inversores no prevén otro aumento antes de diciembre.

Los economistas que participaron en una encuesta de Bloomberg son ligeramente más optimistas y prevén que la tasa de los fondos federales se llevará a una banda del 0.5% al 0.75% en junio, cuando se celebre la próxima reunión del FOMC