Los niños de las zonas rurales lo pasan peor en Perú. (Foto: USI)
Los niños de las zonas rurales lo pasan peor en Perú. (Foto: USI)

El hambre, la desnutrición, la carencia de micronutrientes, el sobrepeso y la obesidad afectan más a las personas de menores ingresos, a las mujeres, a los indígenas, a los afrodescendientes y a las familias rurales de América Latina y el Caribe, según el informe Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018 de Naciones Unidas (FAO).

Según el reporte, en América Latina el 8.4% de las mujeres viven en inseguridad alimentaria severa, en comparación con el 6.9% de los hombres. Mientras, las poblaciones indígenas sufren por lo general mayor inseguridad alimentaria que las no indígenas.

El Panorama indica que una de las principales causas del alza de la malnutrición en los grupos de población especialmente vulnerables son los cambios que han sufrido los sistemas alimentarios de la región.

Estos cambios han afectado a toda la población, pero sus efectos más adversos los sufren los sectores más excluidos de la sociedad. Si bien han aumentado su consumo de alimentos saludables como leche y carne, muchas veces deben optar por productos con alto contenido en grasa, azúcar y sal, ya que tienen menor costo.

Desnutrición crónica infantil

Según el reporte, las desigualdades sociales y económicas se ven también en la nutrición infantil. En las zonas rurales de Perú, la tasa de desnutrición crónica infantil supera en más de 50% a las observadas en áreas urbanas. La estadística es compartida con Belice, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, y Surinam.

Por otro lado, en Honduras, la desnutrición crónica afecta al 42% de los niños y niñas en familias de menores ingresos y solo al 8% de los que viven en contextos de mayores ingresos. En Guatemala la diferencia es mayor: afecta al 66% más pobre y sólo al 17% de los niños de familias de mayores ingresos.

“La desnutrición crónica tiene estrecha correlación con las desigualdades y la pobreza, pero también el sobrepeso está afectando de manera creciente a los niños y niñas más pobres", señaló María Cristina Perceval, directora regional para Unicef América Latina y el Caribe.

"Estos se enfrentan a condiciones de alta vulnerabilidad social y económica y sufren el acceso inequitativo a servicios de salud y a dietas saludables”, añadió.

Hambruna

Según el Panorama, el hambre afecta a 39.3 millones de personas, el 6.1% de la población regional. Entre 2015 y 2016, el número de personas subalimentadas creció en 200,000 personas. Entre 2016 y 2017, el incremento fue de 400,000; esto muestra que la velocidad del deterioro está aumentando.

Desde 2014, Argentina, Bolivia y Venezuela vieron incrementos en su número de personas subalimentadas. El mayor aumento ocurrió en Venezuela: 600,000 personas más sólo entre 2014-2016 y 2015-2017.

Venezuela es hoy uno de los países con mayor número de personas subalimentadas en la región (3.7 millones, el 11.7% de su población), junto con Haití (5 millones, el 45.7% de su población) y México (4.8 millones, 3.8% de su población).

Cabe destacar que en Haití y México el hambre se redujo en los últimos tres años, así como en Colombia y República Dominicana. Son los únicos cuatro países que han logrado esta reducción desde 2014.

Once países mantienen sin cambios su cantidad de personas subalimentadas: Chile, Costa Rica, El Salvador, Ecuador, Guatemala, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Perú. Por su lado, Brasil, Cuba y Uruguay son los tres países de la región con porcentajes de hambre inferiores al 2.5 % de su población.

Cada año, 3.6 millones de obesos más

La obesidad se ha convertido en la mayor amenaza nutricional de América Latina y el Caribe. Casi uno de cada cuatro adultos es obeso. El sobrepeso afecta al 7.3% (3.9 millones) de los niños y niñas menores de 5 años, una cifra que supera el promedio mundial de 5.6%, indica el informe.

“La obesidad está creciendo descontroladamente. Cada año estamos sumando 3.6 millones de obesos a esta región. 250 millones de personas viven con sobrepeso, el 60% de la población regional. La situación es espantosa”, dijo el Representante Regional de la FAO, Julio Berdegué.

“Es necesario un enfoque multisectorial, que va desde asegurar el acceso alimentos balanceados y saludables hasta abordar otros factores sociales que también impactan sobre estas formas de malnutrición, como el acceso a la educación, el agua y saneamiento y los servicios de salud”, indicó Carissa F. Etienne, directora de la OPS.

“Debemos avanzar en el acceso a la salud universal para que todas las personas puedan recibir la atención y medidas de prevención que necesitan por temas de malnutrición y sus consecuencias a largo plazo”, añadió.

Mujeres

El Panorama indica que 19 millones de mujeres sufren inseguridad alimentaria severa, en comparación con 15 millones de los hombres. En todos los países de la región, la tasa de obesidad de las mujeres adultas es mayor a la de los hombres. En 19 de ellos, la tasa de obesidad femenina es al menos 10 puntos porcentuales superior a la de los hombres.

Pero la desigualdad que afecta a las mujeres no sólo se ve en términos de género: la anemia en mujeres en edad fértil, por ejemplo, afecta en mayor medida a las mujeres de menos recursos.

“La equidad de género es un valioso instrumento de política para reducir desigualdades Necesitamos fortalecerla en la práctica, lo cual involucra promover la igualdad en el acceso y control de los recursos del hogar, así como en las decisiones para empoderar a las mujeres en desigualdad”, dijo Miguel Barreto, Director Regional de WFP para América Latina y el Caribe.