Redacción Gestión

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La , al igual que muchos países europeos vecinos, está pagando el precio de un bajo índice de fertilidad que ha ido madurando en los últimos 25 años. La situación en este país es particularmente difícil por el efecto que la recesión ha tenido en las pensiones.

Esta díficil situación es en parte cíclica: más de tres millones de trabajadores han perdido sus empleos desde que el inicio de y han dejado de contribuir al sistema de pensiones.

Presionad por la Comisión Europea, está preparando reformas para hacer frente a la insuficiente financiación de su que obligó al Gobierno a echar mano del fondo de reserva de la Seguridad Social el año pasado.

Demografía en crisisEs riesgo es que la baja natalidad, la alta emigración y una fuerza laboral que envejece rápidamente es un círculo económico vicioso.

"Por lo que aunque termine la recesión, el daño a algunas economías de la zona euro será más permanente de lo que puede ser reconocido", dijo Marchel Alexandrovich, un economista del banco de inversión londinense Jefferies.

Con menos trabajadores teniendo que pagar a más jubilados, los españoles que se preparan para cobrar pensiones más bajas y tenderán a ahorrar en lugar de gastar, frenando la recuperación y, por tanto, erosionando aún más la base fiscal, explicó Edward Hugh, un economista y demógrafo en Barcelona.

"Dado que no van a tener la clase de recuperación económica que esperan, y puesto que los jóvenes se están marchando, van a tener que hacer incluso más reformas de pensiones de lo que imaginan", dijo Hugh.

El peligro de un conflicto intergeneracional, en el que menos trabajadores tendrán que pagar a más pensionistas es un riesgo futuro. Pero incluso hoy hay datos demográficos adversos que están afectando a partes de la economía, como el , porque los ciudadanos mayores conducen menos.