Redacción Gestión

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Madrid (Reuters).- España en los primeros tres meses de 2012 al encadenar dos trimestres consecutivos de contracción del Producto Interior Bruto (PIB) en medio de una fuerte sacudida financiera desatada por la crisis de la deuda soberana europea, indicó el gobernador del Banco de España.

"Este perfil (de contracción del cuarto trimestre de 2011) ha continuado en los primeros meses de este año por lo que la economía española se encuentra ya en recesión", dijo Miguel Angel Fernández-Ordóñez en una comparecencia en el Congreso.

"La crisis de la deuda soberana en Europa, lejos de resolverse, adquirió una nueva dimensión el verano (boreal) del pasado año, cuando las tensiones se extendieron a la deuda de con fundamentos económicos más sólidos", dijo.

El Gobierno ya había adelantado por boca del ministro de Economía, Luis de Guindos, que el primer trimestre del 2012 sería "igual de malo" que el cuarto de 2011, cuando la economía se contrajo tres décimas en tasa intertrimestral.

El Gobierno estima que la economía doméstica experimentará en el conjunto de este año una contracción de su PIB del 1.7%, mientras que la estimación del Banco de España es de una caída del 1.5%.

Fernández-Ordóñez agregó que las exportaciones, uno de los pocos motores que le queda a la economía española tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, podría ser el único componente del PIB que contribuya al crecimiento en el 2012.

"Las perspectivas para el año 2012 no son favorables y continúan sujetas a elevados grados de incertidumbre (…) la economía española se encuentra inmersa en un proceso de ajuste macroeconómico cuyas perspectivas de crecimiento descansan en el sector exterior", indicó el jefe del banco central español.

Fernández-Ordóñez sostuvo además que las duras medidas de ajuste fiscal tomadas por el Gobierno de Mariano Rajoy para cumplir los compromisos de reducción de déficit impuestos por Bruselas tendrán efectos negativos en la actividad económica a corto plazo, pese a considerarlas imprescindibles. "Un fracaso en la consolidación fiscal nos arrastraría hacia escenarios de mayor contracción y pérdida de empleo y bienestar", agregó.

El hercúleo ajuste requerido este año, que supone rebajar el déficit público del 8.5% del 2011 al 5.3%, exige recurrir a todos los instrumentos disponibles incluyendo impuestos, añadió Fernández-Ordóñez, quien no descartó que las alzas temporales de impuestos deban ser seguidas por medidas tributarias de carácter permanente.