En agosto de 2020, Virgin Australia, la segunda aerolínea en tamaño en el país oceánico, anunció el recorte de 3,000 empleos para reflotar a la empresa bajo la nueva administración de Bain Capital. (Foto: Flickr/Aero Ícaro)
En agosto de 2020, Virgin Australia, la segunda aerolínea en tamaño en el país oceánico, anunció el recorte de 3,000 empleos para reflotar a la empresa bajo la nueva administración de Bain Capital. (Foto: Flickr/Aero Ícaro)

La aerolínea Virgin Australia anunció este lunes que quiere que todos sus empleados se vacunen contra el COVID-19, en momentos en que el país oceánico lucha por inmunizar a su población para retornar a la práctica normalidad que vivía antes de la irrupción de la variante delta a mediados de año.

De acuerdo al plan que será sometido a consultas con los trabajadores y sindicatos y que es similar al que anunció la aerolínea australiana Qantas a mediados de mes, Virgin Australia obligará a vacunarse a los pilotos y al personal de cabina y de los aeropuertos, antes del 15 de noviembre próximo y al resto de sus empleados antes del 31 de marzo de 2022.

La vacunación es la única solución a la situación en la que se encuentra Australia y es algo que hemos determinado es vital para mantener a nuestro personal seguro, dada la alta exposición diaria que tienen con el público”, dijo en el comunicado la directora ejecutiva de Virgin Australia Jayne Hrdlicka.

En agosto de 2020, Virgin Australia, la segunda aerolínea en tamaño en el país oceánico, anunció el recorte de 3,000 empleos para reflotar a la empresa bajo la nueva administración de Bain Capital, aunque la semana pasada anunció que sumará nueve aviones Boeing 737-800 a partir de octubre de cara a un incremento en los vuelos domésticos.

El anuncio sobre la vacunación se da en medio del debate en torno a la salud pública y los derechos de los trabajadores en Australia, aunque según una encuesta publicada el domingo un 82% de los australianos apoyan las vacunas obligatorias para los trabajadores de alto riesgo.

Por otro lado, los gobiernos regionales de Australia están divididos respecto al paso a una práctica normalidad sin confinamientos, que según el plan del gobierno australiano se alcanzaría a partir del 70% de la población adulta vacunada.

De acuerdo a este plan por fases del Ejecutivo de Camberra, con un 80% se reabrirían progresivamente las fronteras.

Pero las regiones que no tienen COVID-19 consideran que tras la irrupción de la variante delta en la ciudad de Sídney a mediados de junio, los umbrales de vacunación deberían ser más altos o estar acompañados de estrategias de supresión o eliminación del COVID-19.

A pesar del largo confinamiento de Sídney desde el pasado 26 de junio, los casos siguen incrementándose y se han propagado a otras partes del estado de Nueva Gales del Sur, así como al vecino Victoria y el Territorio de la Capital Australiana, también confinados.

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