(Bloomberg) El proceso de venta de la editora de libros de texto de Promotora de Informaciones SA está parado después de que las ofertas recibidas fueron inferiores al precio que buscaba la editorial española, según personas familiarizadas con la transacción.

La empresa no quiere aceptar las ofertas presentadas por Santillana, la principal división de la editorial, dijeron las personas, que solicitaron no ser identificadas porque las ofertas no son públicas.

El proceso de venta no ha sido cancelado oficialmente y todavía podría ser reactivado, de acuerdo con las personas. Entre las posibles alternativas para recaudar fondos se incluyen la venta de otros activos o una ampliación de capital, dijo una de las personas.

Prisa, editora del periódico El País y propietaria de una red de radios, ha estado trabajando en la venta de Santillana desde el año pasado. El presidente del grupo, Juan Luis Cebrián, busca recaudar fondos para pagar la deuda que vence en 2018.

Cebrián también enfrenta la presión del principal accionista de la compañía, el fondo de cobertura Amber Capital UK LLP, que en febrero votó en contra de su paquete de compensación. Amber controla el 19.3% del grupo.

Una representante de Prisa se refirió a la declaración de la compañía del 3 de mayo y dijo que se esperaban ofertas vinculantes a principios de mayo. La compañía no ha tomado ninguna decisión adicional con respecto al proceso, dijo la representante.

Prisa buscaba un precio de hasta 2,000 millones de euros (US$ 2,200 millones) por Santillana. Las ofertas recibidas fueron muy inferiores a ese nivel, según las personas.

Santillana representa alrededor del 90% del beneficio ajustado antes de impuestos, intereses, depreciación y amortización de Prisa.

Recaudar dinero para asegurar la supervivencia del grupo de medios ayudaría a Cebrián a enfrentarse a un grupo de accionistas y acreedores inquietos, encabezados por el ex presidente de Telefónica, Cesar Alierta, quienes tendrían interés en removerlo del cargo.

A principios de este mes, Alierta se retiró del consejo de administración de Telefónica, donde recibía una compensación especial por el trabajo de relaciones institucionales.

Telefónica es el tercer mayor accionista de Prisa con una participación del 13%, según datos compilados por Bloomberg.