Uber
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Ciudad de México está a punto de convertirse en el escenario de una cruda carrera de viajes compartidos.

Didi Chuxing, el gigante con sede en Pekín que sacó a Technologies Inc. de China, dice que se enfrentará a Uber en la mayor metrópolis de América Latina, comenzando ya el próximo mes. Y ahora una startup propiedad de Mercedes Benz llamada Beat dice que también competirá y que su lanzamiento está previsto para marzo.

"Queremos ser despiadados", dijo Nikos Drandakis, cofundador y máximo ejecutivo de 55 años de edad de la compañía. "Tenemos lo que se necesita para captar una parte considerable del mercado de Ciudad de México".

La firma de Drandakis se ha convertido en la aplicación de viajes compartidos más usada en su natal Atenas y en Lima, pero nunca ha competido con Uber o Didi en un mercado que realmente les importaba.

Ciudad de México es un premio porque la densamente poblada metrópolis de 21 millones de habitantes tiene un sistema de transporte público inadecuado y muchas personas que necesitan un trabajo complementario, lo que significa conductores dispuestos a trabajar.

"Este es un gran mercado y es un buen mercado porque el transporte es un problema muy grande aquí", dijo Fernando Páez, consultor de transporte del Instituto de Recursos Mundiales en la capital de México.

Drandakis y tres amigos comenzaron la compañía en Atenas en el 2011 como una aplicación de búsqueda de taxis durante la crisis de deuda de Grecia. Al principio, tuvieron que reclutar conductores repartiendo folletos en la calle. Pero el negocio despegó cuando los conductores vieron que en realidad los ayudaba a conseguir más pasajeros. Ahora, alrededor de un tercio de los 3.1 millones de habitantes de la ciudad utilizan el servicio, según Drandakis.

En el 2014, Drandakis se expandió a Lima, donde Beat comenzó a ofrecer su servicio a conductores distintos de los taxistas y se convirtió en la aplicación N° 1 de servicio de transporte particular, duplicando los viajes todos los años y compitiendo con Uber, que comenzó en la ciudad casi al mismo tiempo.

El año pasado, la compañía fue comprada por el propietario de Mercedes Benz, Daimler AG, que pagó alrededor de US$ 45 millones y dejó a Drandakis a cargo. Desde entonces, Beat se ha cuadruplicado en tamaño a 400 empleados y se expandió a Bogotá y Santiago, donde registró más de un millón de usuarios en su primer año.

Ahora viene Ciudad de México, un reto mucho más grande porque Uber ya construyó un liderazgo allí, y Didi también busca ingresar. (Beat ya intentó entrar una vez en la ciudad en el 2014, pero la falta de fondos lo obligó a retirarse).

Armado esta vez con el dinero de Daimler, Drandakis envió en junio un equipo de cinco personas a la ciudad para averiguar cómo adaptar su servicio al mercado. Se trasladaron entre los barrios para familiarizarse con el lugar y viajaron con conductores de Uber y conversaron con sus usuarios para ver cómo podrían competir. Drandakis declinó decir lo que concluyeron.

Pero dijo que espera reclutar a miles de conductores antes del lanzamiento, y construir un equipo en terreno de entre 40 y 50 personas incluyendo representantes de marketing y especialistas en precios.

El plan, explicó, es ser la empresa N° 1 de viajes compartidos en la ciudad dentro de tres años. "Somos más pequeños, pero somos más ágiles y capaces de innovar más rápido que nuestros competidores globales más grandes", señaló.

A los pocos meses del lanzamiento de Ciudad de México, Drandakis planea lanzar el servicio en Guadalajara, Monterrey y Medellín y Cali, en Colombia. Para el 2022, quiere estar en todas las ciudades importantes en Latinoamérica. “Tenemos los recursos y el capital para hacerlo, y tenemos el conocimiento”, aseveró.
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