Sin duda, el 2020 es un año complejo para el sector textil y confecciones. Pese a ello, Textil del Valle apostó por invertir en una nueva planta en la cual la empresa está incorporando dos líneas de innovación que le permitirán no solo crecer con sus actuales clientes, sino también sumar nuevas marcas que busquen producir con ellos.
¿Cómo han afrontado en lo que va del año estos meses difíciles de pandemia?
Hemos ido avanzando. Ante una amenaza como fue el COVID-19 se empezaron a abrir oportunidades con nuevas marcas. Hemos sumado cinco que se dieron justo en este periodo: Patagonia, Arcteryx, Ariztia, Bonobos y Lunya.
¿Cuántas marcas tiene el portafolio actualmente?
Contamos con ocho marcas, teniendo en cuenta que nos enfocamos 100% a la exportación. Pero la pandemia nos hizo encontrar un nuevo nicho que es la indumentaria médica.
Han sumado una nueva línea…
Hemos empezado a fabricar y vender indumentaria médica para el Ministerio de Salud y clínicas privadas, encontrando una oportunidad de exportación en países cercanos a Perú como Ecuador, Bolivia y Chile, y en el corto plazo llegaremos a Estados Unidos.
¿Qué tipo de indumentaria se está produciendo?
Estamos fabricando en base a una tela no tejida, que es proporcionada por una empresa local, indumentaria como mamelucos, mandiles, chaquetas, pantalones, gorros, cubre zapatos y mascarillas. Es una necesidad que tiene el mundo y en el mediano plazo no va a cambiar.
¿Ven un aumento de la demanda?
Arrancamos con la venta en julio, y el análisis que hacemos con nuestro proveedor de tela es que la demanda se va a mantener, al menos, hasta el primer cuatrimestre del próximo año.
Cuando se controle la pandemia, ¿continuarán con esta línea?
Claro. Es un nicho de negocio que es abastecido en un 80% por importaciones chinas y hoy queremos crecer con ese negocio tanto en el mercado local como en el mercado externo, atendiendo a otros países a través de una oferta competitiva.
¿Qué otros planes tienen de incorporar nuevas marcas o líneas de producto?
Actualmente hay muchas marcas que están produciendo en China y buscan reducir la producción en dicho país y mirar nuevas oportunidades. Los países que han absorbido (esa producción) son Vietnam, Bangladesh, Sri Lanka y ahora Centroamérica.
Esperamos que durante el 2021 podamos tener parte de esa producción que se hace en China y una vez que se levanten las restricciones de la pandemia recibir o visitar a potenciales clientes.
¿Cómo lograrán esa meta?
Hablamos de la calidad del algodón, de la costura, del tinte, de la presentación final. Nuestra ventaja competitiva es la calidad y la cercanía a Estados Unidos (14 días de navegación frente a 35 días que es Asia). Sin embargo, la curva de aprendizaje que han tenido los países asiáticos los está llevando a tener una calidad muy parecida a la nuestra. Y aquí nuestra ventaja competitiva es la sostenibilidad, es decir, comprar una prenda de calidad y sostenible.
¿En qué otras innovaciones están trabajando?
En la planta de la avenida Argentina, que adquirimos este año, vamos a tener 12 líneas de costuras y hablamos de unos 300 operarios que estamos contratando; tenemos dos líneas especiales para bonding, que es una costura invisible que utiliza ultrasonido y temperatura. Hoy esto es usado por marcas que desarrollan productos deportivos, pero con tecnología, y que la fabrican principalmente productores de Asia, y ahora podremos traer esa producción a Perú. Con ello vamos a crecer con nuestros propios clientes y buscar nuevos.
¿La planta en la avenida Argentina qué más les aporta?
Desde agosto estamos produciendo prendas, y elevamos en 30% nuestra capacidad de manufactura. Esto es paralelo a nuestra planta en Chincha donde se producen 550 mil prendas al mes.
¿Apuestan por el mercado local?
Lo vamos a hacer con nuestra marca The Cool Clothing Company. Lo primero fueron las mascarillas con The Cool Mask, y ahora preparamos nuestra colección para salir en diciembre. Esta marca traslada nuestra historia como empresa y país en una prenda, con materia orgánica reciclada y diseños ad hoc para la estación.
¿Cuál es la meta con la marca?
El negocio lo iniciamos en Perú para aprender y luego internacionalizarlo al mercado de Estados Unidos en los próximos 12 meses.
¿Cómo llegarían al público?
Será con venta online, bajo el paraguas de Textil del Valle. Vamos con una oferta para hombre y mujeres, y en el diseño nos ayuda Sumy Kujón.
¿Cuál es su estimado en ventas este año?
La caída del sector será en torno al 30% que refleja la reducción en la demanda por la pandemia. En nuestro caso, comparado con el año pasado, tendremos una caída de 10%, aproximadamente. Somos optimistas en que el 2021 será mejor.
Buscan atraer marcas mirando la sostenibilidad
El gerente general de Textil del Valle señaló que hoy pueden decir que son una empresa circular. “Nuestras mermas de tela están siendo reprocesadas y se están convirtiendo nuevamente a cifras, una parte se hace nuevamente prenda, y la otra frazadas que podemos donar a los compatriotas del sur que sufren con las heladas”, indicó Juan José Córdova.
Y tras haber hecho su huella de carbono y empezar a ejecutar su plan de reducción de emisiones, el saldo es de unas 15,000 toneladas de emisiones al año, que se van a compensar con compras de bonos de carbono, y desde el próximo mes serán una empresa carbono neutral. “Esto nos está llevando a que diferentes marcas estén interesadas en desarrollar prendas con nosotros, teniendo como principal paraguas la sostenibilidad”, indicó.
Hoja de vida
Profesión: Administración, Finanzas y Marketing por la Universidad de Lima.
Otros estudios: MBA por IE Business School (España)
Tiempo en el cargo: dos años y tres meses.