Redacción Gestión

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(Reuters).- El presidente de la división de banca privada de dijo a los empleados que las prácticas pasadas, que permitieron que algunos clientes evadieran impuestos, son inaceptables, en medio de una fuerte presión sobre la compañía en ambos lados del Atlántico por loa .

HSBC admitió esta semana fallas en el control de su banca privada suiza, y se enfrenta a investigaciones en Estados Unidos y Reino Unido, después de que informes de prensa dijeron que en activos en un periodo que concluyó en 2007.

No obstante, el secretario de Negocios británico, Vince Cable, puso en duda cuándo concluyeron estas prácticas en la filial suiza del banco y dijo estar inquieto por las acusaciones que apuntan a que éstas podrían haber continuado hasta una fecha reciente.

Las filtraciones en los medios de las cuentas del HSBC en Suiza "son sólo la punta del iceberg", dijo al diario francés Le Parisien Hervé Falciani, el ex empleado del banco que suministró datos de las cuentas secretas sobre los clientes y su situación impositiva.

Los informes renovaron el escrutinio sobre el segundo mayor banco del mundo, que ya fue multado con US$ 1,900 millones hace dos años por las autoridades estadounidenses por unos laxos controles que permitieron el lavado de dinero.

También fue penalizado con US$ 618 millones por los reguladores en noviembre por la supuesta manipulación de los mercados financieros.

HSBC y los bancos con sede en Suiza han recibido críticas por ayudar a sus clientes a evadir impuestos durante años.

La entidad británica dijo que sus medidas de control y cumplimiento fallaron en el pasado, pero aseguró que su negocio en Suiza se había "transformado" desde entonces y las cuentas de sus clientes habían sido cerradas.

Ahora el banco intentó llevar este mensaje a sus empleados.

"Las prácticas y el modelo bancario de esa época ya no es aceptable", dijo en un memorando Peter Boyles, presidente ejecutivo de la banca privada global de HSBC desde diciembre de 2012.

"Nuestros clientes quieren saber que hemos cambiado y que las prácticas pasadas sobre las que leen en los periódicos ya no tienen cabida en nuestra banca privada moderna", dijo a Reuters una persona familiar con el contenido del memo de Boyles.

Agregó que el banco "ya no tiene interés" en hacer negocios con gente que evade impuestos.

El escándalo se suma a los dolores de cabeza pasados del presidente ejecutivo del HSBC, Stuart Gulliver, que accedió a su cargo hace cuatro años y admitió a los legisladores en febrero de 2013 que la estructura de la entidad "no sirve para operar en un mundo moderno".

HSBC ha sido criticado por ser demasiado grande y complejo, con una estructura que deja mucho poder en manos de los jefes nacionales y no lo suficiente en el mando central.