(Bloomberg) Marmageddon, Toblerone-gate, bocaditos de pescado cada día más pequeños. A prepararse para una nueva pelea en el campo de las comidas.

La caída del 12% de la libra esterlina tras el voto a favor de que el Reino Unido abandone la Unión Europea se está reflejando en la comida. Los precios de los alimentos podrían estar un 5% más altos a esta altura el próximo año, y algunos comercios ya están sintiendo la presión de los costos más altos de la leche, el queso y la carne de cerdo.

Los grandes supermercados del Reino Unido parecen estar rearmándose como fuerza a favor de los consumidores de cara a los mayores precios impuestos por los proveedores. El presidente ejecutivo de Tesco Plc, Dave Lewis, recién salido de su disputa con Unilever Plc por el precio de Marmite, advirtió la semana pasada a las empresas que no intentaran probar su suerte con aumentos de precios "ilegítimos".

Al mirar los márgenes de los grandes grupos de bienes de consumo y los negocios de comestibles, vemos que los minoristas están en lo cierto al luchar contra los más altos costos de abastecimiento. Pero en realidad, su voluntad de presentar batalla debería tener un límite, ya que un poco de inflación no les vendría mal.

Los consumidores, cuyo poder adquisitivo se ha elevado recientemente, podrían no resistirse tanto a recibir tiques de compra más abultados. A los comercios, el aumento constante de los precios les ayudaría a crear un colchón que los proteja de posibles aumentos en los costos.

La caída de los precios de los alimentos en los últimos dos años significó que los comercios tuvieran que aumentar la rotación de los productos para alcanzar el mismo valor de las ventas. Esto puso en aprietos a los supermercados que debieron pagar salarios e impuestos más altos.

Es cierto que los clientes no querrán hacer desembolsos demasiado grandes, por lo que se podrá presentar un problema si la presión de los costos empieza realmente a escalar.

Los grandes supermercados se enfrentan a un dilema. Hace cinco años, los clientes se volcaron a los almacenes de descuento alemanes Aldi y Lidl luego de que Tesco y Wm Morrison Supermarkets Plc abandonaron su tradición de ser los campeones del bajo precio.

Si bien el crecimiento de los almacenes de descuento se ha reducido considerablemente el año pasado, el escollo para los comerciantes ingleses es que si suben los precios demasiado, los compradores podrían volver a huir y darles un contrato de por vida a Aldi y Lidl.

Esto da un impulso adicional a los esfuerzos de los supermercados para obligar a los grupos fabricantes de bienes de consumo a soportar parte del dolor. Los grandes fabricantes de marcas tendrán también mayor conciencia de la amenaza que representan las tiendas de descuento.

La mayoría de los productos que Aldi y Lidl venden son marcas privadas propias, y no de las grandes marcas. Esto lleva a que los proveedores de todo el mundo se entreguen a los brazos de los grandes almacenes para que distribuyan sus productos. Podrían así estar más abiertos a ofrecer algunas concesiones la próxima vez que den batalla a los supermercados. Ambos lados defenderán sus márgenes, aunque los comerciantes llevan más las de perder.

En cuanto a las advertencias que hizo Lewis, Tesco probablemente es quien tenga una posición más sólida. Es el mayor supermercado británico por su participación en el mercado y está ampliando sus ventas a la tasa más rápida en los últimos tres años, según el grupo de investigaciones Kantar Worldpanel. Para los proveedores, Tesco probablemente ofrece las mejores perspectivas en este momento, por lo que los fabricantes se inclinarán a ofrecerle sus mejores ofertas.

Wm Morrison también tiene su poder oculto. Tiene mayor libertad de acción para controlar los precios, ya que fabrica alrededor de una cuarta parte de los alimentos que vende. Y su CEO David Potts está dándole mayor volumen a través de sus fábricas, gracias a los acuerdos que tiene con Amazon.com Inc. Eso debería ayudarlo a compensar algunas de las presiones por costos.

J Sainsbury Plc, por otro lado, se ve vulnerable. Su desempeño de ventas en tiendas comparables se está deteriorando, mientras lucha con más altos costos de abastecimiento y absorbe la adquisición del minorista de artículos para el hogar Argos. Tendrá que esforzarse el doble a fin de persuadir a los proveedores de que le den tratamiento preferencial.

Esta columna no refleja necesariamente la opinión de Bloomberg LP y sus propietarios.