Foto 3 | Esta trayectoria lleva invariablemente a competir con YouTube por la atención preferente de los creadores de música. Los videoclips son básicos para explicar el éxito de la plataforma de Google, a donde los usuarios acuden mayoritariamente a buscarlos. Más del 40% de ellos ven al menos uno cada mes y además estos contenidos suponen entornos seguros y atractivos para los anunciantes. Los 10 vídeos más vistos de la historia de YouTube son precisamente musicales, y esa métrica de reproducciones también se ha convertido en un estándar para definir el éxito de una canción.  (Foto: Pixabay)
Foto 3 | Esta trayectoria lleva invariablemente a competir con YouTube por la atención preferente de los creadores de música. Los videoclips son básicos para explicar el éxito de la plataforma de Google, a donde los usuarios acuden mayoritariamente a buscarlos. Más del 40% de ellos ven al menos uno cada mes y además estos contenidos suponen entornos seguros y atractivos para los anunciantes. Los 10 vídeos más vistos de la historia de YouTube son precisamente musicales, y esa métrica de reproducciones también se ha convertido en un estándar para definir el éxito de una canción. (Foto: Pixabay)

Crear música rinde poco. Comercializarla rinde mucho más. Los músicos recibieron sólo el 12% de los US$ 43,000 millones en ventas generados por su trabajo en los el año pasado, según un informe dado a conocer por Citigroup.

Esa cifra incluye los ingresos por las ventas de CD, el streaming a pedido, la publicidad en , las regalías radiales y las entradas a conciertos.

El informe probablemente refuerce antiguas quejas de que los sellos discográficos y las compañías tecnológicas se enriquecen con el trabajo de los artistas. El salario de los artistas se estancó durante casi una década después que la música se trasladó a internet, obligando a los artistas a hacer más giras para aumentar sus ingresos.

Las compañías tecnológicas, las emisoras de radio y los sellos discográficos se quedan con el porcentaje más grande de la venta de música, según el informe, incluidos más de US$ 15,000 millones de ingresos por publicidad.

El gasto de los consumidores en suscripciones, CD y entradas a conciertos generó más de US$ 20,000 millones el año pasado. Las empresas de música, como las discográficas y los editores, recibieron casi US$ 10,000 millones, mientras que los artistas se llevaron a casa sólo US$ 5,100 millones.

Los artistas todavía “no reciben un porcentaje justo de los recursos económicos”, dijo Jason Bazinet, analista de Citigroup que redactó el informe. Se propuso estudiar si a los artistas se les paga tan poco como ellos sostienen desde hace años. “La respuesta es sí”, señaló.

Opción del streaming

El informe podría contribuir a impulsar aún más a los músicos a los brazos de los servicios de streaming como y , que podrían ofrecerles un porcentaje mayor de las ventas si renuncian a un contrato discográfico.

Spotify ha dado dinero a los artistas jóvenes para sostener el desarrollo de su carrera, con la esperanza de que eso los aliente a publicar música directamente en ese servicio.

Separar a los artistas de los sellos discográficos permitiría a los servicios de streaming reducir drásticamente sus costos. Los servicios pagos de streaming abonan la mayoría de sus ventas a los titulares de los derechos, relación que les impide obtener ganancias. Spotify perdió 1,240 millones de euros (US$ 1,500 millones) en el 2017.

La creciente popularidad del streaming pago ha impulsado las ventas de los sellos discográficos, pero también redujo su papel en el proceso de distribución y marketing de música. La colocación del producto en las tiendas Target ya no importa tanto como antes. Las discográficas tendrán que adaptarse dando a los artistas contratos más favorables, según la asesora de la industria Vickie Nauman.

“Como la industria musical tiene tantos intermediarios –y como el consumo de música está tan fragmentado en diversas plataformas-, el artista se queda con muy poco de los ingresos acumulados”, explicó Nauman.