(Foto: USI)
(Foto: USI)

El negocio del calzado es todo lo que conoce el famoso diseñador y empresario americano Steve Madden. “Solo entré en una tienda de zapatos cuando tenía 16 años y eso fue todo”, así resume su éxito el fundador de la marca internacional que lleva su mismo nombre.

En 1990 comenzó con tan solo US$ 1,100, pero hoy su imperio de calzados tiene alrededor de 120 tiendas “Steve Madden” en los Estados Unidos, 250 en más de 65 países, y factura más de US$ 1.5 mil millones (€ 1.3 mil millones) al año, asegura Madden.

Pero esta no es la típica historia de la pobreza a la riqueza. Lo que hace su historia diferente es que en el camino hacia el éxito pasó 31 meses en una prisión federal por fraudes vinculados al excorredor de bolsa estadounidense Jordan Belfort, mejor conocido como el “Lobo de Wall Street” (una historia que fue llevada a la pantalla grande).

“¿Qué te pareció el sujeto que me interpretó en la película?”, preguntó Steve Madden en su entrevista con la cadena televisión CNBC, con una sonrisa maliciosa.

Pero nos estamos adelantando. Volvamos a la historia, cuando Madden trabajó en una tienda de zapatos.

Madden trabajó en la primera zapatería como vendedor entre los años 1974 y 1976, después pasó rápidamente para Jildor, una boutique de ropa para mujeres en 1978; antes de comenzar como representante de ventas para la empresa de calzado L. J. Simone, en 1979.

“Solía trabajar con un calzador de zapatos colgando de mi bolsillo. La experiencia y el conocimiento que aprendí fueron invaluables. Fue como asistir a la universidad”, comenta.

Madden trabajó en esa tienda durante dos años y aprendió lo que quieren las mujeres. Luego pasó a trabajar en una fábrica de zapatos para aprender sobre diseño y fabricación.

A los 31 años decidió ir por su cuenta. Estaba cansado de que le dijeran lo que tenía que hacer. Quería dejar volar su creatividad. Logró reunir US$ 1,100 (€970) y diseñó su primer zapato, lo llamó “Marilyn”, tenía el tacón y el área de los dedos cerrada.

Madden le pagó al portero del edificio en el que vivía, US$ 60 diarios para que le manejará por la ciudad de Nueva York y poder vender sus zapatos desde la cajuela del auto, ya que él no tenía licencia. Los vendía a US$ 16 (€14) al por mayor y por US$ 24 (€21) sí compraban solo uno.

Luego llegó su segundo modelo: “Mary Janes”, que las madres comenzaron a comprar para los “Dulces dieciséis (en inglés, sweet sixteen)”, Benei Mitzvá y confirmaciones.

Steve Madden tuvo mucho éxito cuando comenzó a fabricar zapatos con plataforma. “Era la moda”, recuerda el exitoso empresario. Todo parecía estar funcionando. Incluso abrió su primera tienda Steve Madden… ¿Qué podía salir mal?

“Un tipo interesante. Muy inteligente”, dice Madden cuando se le pregunta por Jordan Belfort. “Éramos muy buenos amigo”. Ya no más.

Belfort, el “Lobo de Wall Street”, convenció a Madden de poseer acciones en una oferta pública que en realidad era ilegal. “Me involucré con estos chicos. Es algo que no me hace sentir orgulloso hoy día”, asegura.

Ambos fueron a prisión. Belfort por 22 meses y Madden por 31 meses. “Esa experiencia me dejó muchos aprendizajes y me hizo estar mucho más consciente del tiempo,” indicó el diseñador.

Fue liberado de la prisión en abril de 2005 y durante algún tiempo se le prohibió tener algún rol en su compañía.

“Algo bueno de los Estados Unidos, es que siempre tienes una segunda oportunidad,” dijo Madden.

Esto también lo dijo, recordando cuándo se topó una vez con la famosa multimillonaria y presentadora de televisión estadounidense, Martha Stewart, poco tiempo después de que ella también saliera de prisión por conspiración, falso testimonio y obstrucción. (Fue acusada de haber usado información privilegiada al vender acciones de la empresa ImClone Systems).

Madden, al igual que Martha, está aprovechando esta segunda oportunidad para guiar a su compañía, pero esta vez tomando un poco de distancia cómo solo su jefe creativo y de diseño. La marca tiene un CEO y una junta directiva que toman todas las decisiones.

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