Río de Janeiro (AP).- La Confederación Brasileña de Fútbol (CFB) ha perdido cinco importantes patrocinadores en los últimos 18 meses, mientras su presidente y sus dos antecesores enfrentan cargos por corrupción.

El último patrocinador en irse fue Samsung, que se suma a Michelin y Gillette como grandes auspiciadores que abandonan la CBF, cuyo presidente, Marco Polo del Nero, está acusado en los Estados Unidos de fraude y crimen organizado.

La CBF confirmó la salida de Samsung, pero declinó comentar. El portal de la confederación muestra que le quedan 10 patrocinadores, incluyendo Nike, Chevrolet y MasterCard.

Reportes en Brasil dicen que Samsung pudiera haber pagado 20 millones de dólares para rescindir su acuerdo de patrocinio. La compañía surcoreana ha sufrido pérdidas financieras recientemente relacionadas con el retiro de su celular Galaxy Note 7.

Gillette, propiedad de Proctor & Gamble, dejo su acuerdo con la CBF hace 11 meses y le dijo entonces al periódico Folha de S.Paulo que estaba "comprometida con una ética sólida y buscamos socios que coincidan con nuestros valores".

Erich Beting, dueño de la compañía de mercadeo Maquina do Esporte, dijo que la es un factor también en la salida de patrocinadores. Dijo que los patrocinadores pagaron excesivamente en el proceso de la Copa del Mundo del 2014.

"Las sumas que la CBF estaba recibiendo eran muy altas, mayormente porque el torneo se estaba jugando aquí", le dijo Beting a The Associated Press. "La crisis económica de Brasil está haciendo que las compañías vuelvan a examinar sus inversiones".

El portal de la CBF muestra que los ingresos por patrocinio aumentaron considerablemente antes de la Copa del Mundo del 2014.

Los ingresos por ese concepto en el 2012 fueron de 235 millones de reales (ahora 70 millones de dólares) y llegaron a 359 millones de reales (107 millones de dólares) en el 2014.

Cayeron a 339 millones de reales (101 millones de dólares) en el 2015, el último año del que la CBF proveyó datos.

Se espera que los ingresos sean mucho menores en el 2016, con Brasil sumido en su peor recesión en decenios, y con inflación y desempleo por encima de 10%.

Los rumores sobre corrupción en la CBF han existido durante décadas, pero fueron centro de atención cuando altos funcionarios de fútbol fueron arrestados en Suiza en mayo del 2015. Entre ellos estuvo José María Marín, entonces presidente de la CBF que fue extraditado a los Estados Unidos y espera juicio por corrupción.

Marín pagó una fianza de 15 millones de dólares y está bajo arresto domiciliario en un apartamento en Nueva York. El juicio deberá comenzar en noviembre del 2017.

Su predecesor, Ricardo Teixeira, y el actual presidente Del Nero, también enfrentan cargos en los Estados Unidos, pero no han sido extraditados.

Brasil tiene un tratado de extradición con los Estados Unidos, pero raramente extradita a sus ciudadanos. Sin embargo, las autoridades legales en el país están cooperando con sus contrapartes estadounidenses en los procesos contra Del Nero y Teixeira.

Al parecer Del Nero no ha salido de Brasil desde que huyó de Zurich a raíz de las redadas de la FIFA y parece improbable que asista a la Copa del Mundo del 2018 en Rusia.

Del Nero ha dicho que gana 200,000 reales (60,000 dólares) mensuales, una suma que dijo es "muy baja".

El diario paulista Estadao reportó el año pasado que miembros del equipo nacional brasileño han sido seleccionados por patrocinadores — en lugar de por el técnico —, que quieren que se seleccione solamente a los más "vendibles".

La CBF negó las acusaciones.