Redacción Gestión

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ascendió al heredero del presidente de la compañía a su nivel más cercano al máximo cargo, en momentos en el que el precio de las acciones del consolidado líder mundial en teléfonos avanzados estuvo cerca de batir su mayor récord.

El ascenso de , de 44 años, al puesto de vicepresidente llega después de que Samsung celebrara el 25 aniversario de la presidencia de su padre Lee Kun-hee la semana pasada.

"Es un sello de aprobación por parte del presidente de que el vicepresidente ha demostrado su capacidad para gestionar . Es un gran paso (para que Jay Lee se convierta) en el futuro sucesor de Samsung", dijo un ejecutivo de la compañía surcoreana familiarizado con el asunto.

Jay Lee ya es director de operaciones y presidente y saltó al primer plano en junio cuando el entonces presidente ejecutivo de , Choi Gee-sung, conocido por ser su mentor, fue ascendido para dirigir la estrategia del grupo Samsung.

Algunos expertos dijeron en aquel momento que la medida de Choi se llevó a cabo con el objetivo de preparar el plan de sucesión para Jay Lee.

"Como vicepresidente, Lee se basará en sus actuales responsabilidades y tomará un papel más amplio en la gestión del negocio de Samsung Electronics", dijo Samsung en un comunicado.

"Lee continuará desempeñando un papel crucial en la transformación del modelo de negocio de Samsung, estableciendo el (conjunto) de negocio en uno basado en una plataforma y el componente de negocio en un proveedor de soluciones globales".

Jay Lee estará a las órdenes de su padre, quien transformó Samsung Electronics de un productor de bajo costo en un actor mundial que ha superado a Apple en cuanto a ventas de teléfonos avanzados.

La remodelación anual de la cúpula directiva de Samsung, de la que es parte el ascenso de Lee, llega cuando los grandes grupos de Corea del Sur están bajo presión para hacer reformas en medio de la creciente ira sobre su dominio en una economía en la que las diferencias son cada vez mayores.

La cuestión de la sucesión de la familia es vista como un indicador clave de la transparencia y los candidatos presidenciales del partido gobernante y de la oposición se han comprometido a una "democratización económica" en un intento por frenar el creciente poder económico de los grandes conglomerados.