Repsol ha señalado que el ejercicio del 2020 estuvo marcado "por la crisis global sin precedentes provocada por el COVID-19 ante la que la compañía priorizó su labor como servicio esencial, manteniendo en funcionamiento sus instalaciones y garantizando el suministro de sus productos y servicios, indispensables para la sociedad". (Foto: Bloomberg)
Repsol ha señalado que el ejercicio del 2020 estuvo marcado "por la crisis global sin precedentes provocada por el COVID-19 ante la que la compañía priorizó su labor como servicio esencial, manteniendo en funcionamiento sus instalaciones y garantizando el suministro de sus productos y servicios, indispensables para la sociedad". (Foto: Bloomberg)

La petrolera española perdió 3,289 millones de euros (US$ 3,972.62 millones) en el 2020, el año de la pandemia del coronavirus, un 13.8% menos que en el 2019, tras el ajuste que hizo del valor de inventarios, que tuvo un efecto negativo de 978 millones de euros, y del de los activos de explotación y producción, con un impacto de 2,911 millones de euros.

Ya en el 2019 perdió 3,816 millones de euros, frente a los 2,341 millones que ganó en el ejercicio anterior, tras dotar provisiones por 5,823 millones, de los que 4,849 millones correspondieron a la revisión a la baja del valor contable de activos para adaptarlos a sus objetivos en emisiones.

El resultado neto ajustado, el que mide el desempeño del negocio y que excluye la variación en el valor de las existencias y resultados extraordinarios, arrojó en el 2020 un beneficio de 600 millones de euros, un 70.6% inferior al del 2019, en que ascendió a 2,042 millones de euros, según ha informado este jueves la petrolera a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el regulador español.

El resultado bruto de explotación (ebitda) fue de 2,730 millones de euros, un 61.9% menor que el obtenido en el 2019, en que ascendió a 7,161 millones de euros, mientras que el ebitda ajustado ascendió a 4,084 millones de euros, un 43.3% inferior al del 2019.

Repsol ha señalado que el ejercicio del 2020 estuvo marcado “por la crisis global sin precedentes provocada por el COVID-19 ante la que la compañía priorizó su labor como servicio esencial, manteniendo en funcionamiento sus instalaciones y garantizando el suministro de sus productos y servicios, indispensables para la sociedad”.

La producción media de Repsol cayó 8.5% en el 2020, hasta los 648,000 barriles equivalentes de petróleo al día, en línea con el nuevo plan estratégico de la compañía, que prioriza el valor sobre el volumen.

Por áreas de negocio, el beneficio neto ajustado de la actividad “upstream” (exploración y producción) cayó 81.4%, de 1,050 millones de euros en el 2019 a 195 millones en el 2020, acusando el efecto de los menores precios de realización y los menores volúmenes en un año marcado por los bajos precios del crudo y la caída de la demanda por la crisis del COVID-19.

No obstante, en el cuarto trimestre del 2020 mejoró el resultado obtenido en esta área respecto al mismo periodo del año anterior en un 4.8%.

El resultado neto ajustado del área Industrial -que incluye las actividades de refino, Repsol Perú, Química, Trading y Comercialización & Trading de Gas- bajó 67.5%, desde 913 millones de euros del 2019 a 297 millones del 2020, debido a la menor actividad y a la caída de los márgenes de refino.

En el área de Comercial y Renovables, el resultado neto ajustado descendió en el 2020 un 10.4%, hasta 485 millones de euros, debido principalmente a la reducción de 23 % en la demanda de estaciones de servicio en España y menores ventas en aviación por el COVID-19, aunque el impacto se vio parcialmente compensado por los negocios de lubricantes y el de electricidad y gas, así como por menores impuestos por un resultado operativo inferior.

Repsol, que ya dispone de 1.13 millones de clientes de electricidad y gas y casi 3,300 megavatios (MW) de potencia instalada, destinó en 2020 inversiones por valor de 573 millones a este negocio, principalmente vinculadas al desarrollo de proyectos renovables.

Reducción de deuda

A pesar del difícil contexto, la compañía logró en el 2020 reducir su deuda neta en 28% (1,178 millones de euros) hasta situarla en 3,042 millones y obtener un flujo de caja positivo de 1,979 millones.

Además, al cierre del 2020 tenía una liquidez de 9,195 millones de euros, lo que supone 3.23 veces los vencimientos de deuda bruta en el corto plazo.

Por otra parte, Repsol ha convocado la próxima junta general de accionistas, que se celebrará previsiblemente el 26 de marzo, y su consejo de administración, que se reunió en la víspera (miércolese), ha acordado proponer a la junta de accionistas el pago de un dividendo complementario en efectivo de 0.30 euros brutos por acción con cargo a los beneficios del 2020, que se pagará a partir del 7 de julio del 2021.

También ha acordado el reparto de otro dividendo, asimilable al tradicional pago a cuenta del ejercicio del 2021, por el mismo importe, cuya distribución se hará efectiva en enero del 2022.

El consejo de administración también ha acordado poner en marcha un programa de recompra de acciones propias por un máximo de 40′494,510 acciones, representativas del 2.58% del capital, para adquirir las acciones correspondientes al dividendo flexible de enero del 2021 y amortizarlas.

Asimismo, ha propuesto la reelección como consejeros de Manuel Manrique, Mariano Marzo, Isabel Torremocha, Luis Suárez de Lezo y la ratificación del nombramiento por cooptación y reelección como consejero de Rene Dahan, además de pactar proponer nombrar cpmsekera a Aurora Catá, tras la finalización del mandato de Maite Ballester.

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