FILE PHOTO: The logo of Spain's Telefonica is seen on its headquarters outside Madrid, February 25, 2015. REUTERS/Juan Medina/File Photo
FILE PHOTO: The logo of Spain's Telefonica is seen on its headquarters outside Madrid, February 25, 2015. REUTERS/Juan Medina/File Photo

El regulador británico de la competencia anunció haber abierto una investigación sobre el gigantesco proyecto de fusión por 31,000 millones de libras (US$ 41,000 millones, 34,000 millones de euros) entre la filial de Telefónica O2 y Virgin Media.

La Autoridad de Competencia y Mercados (CMA) decidió poner en marcha rápidamente una investigación en profundidad a petición de los dos operadores de telecomunicaciones, informó en un comunicado.

La apertura de ese procedimiento significa que es probable que el proyecto plantee problemas de competencia en ciertos mercados o esferas de actividad en el Reino Unido, en particular porque ambos grupos ofrecen sus redes a numerosos operadores virtuales.

La CMA, que tiene el poder final de bloquear la fusión, “está preocupada por el hecho de que Virgin y O2 puedan verse incitadas a aumentar los precios o reducir la calidad de estos servicios mayoristas, lo que en última instancia penalizaría a los consumidores”.

O2, la filial de Telefónica en el Reino Unido, y Virgin Media, propiedad de la empresa estadounidense Liberty Global, anunciaron en mayo su plan de fusión, que podría eclipsar al operador de telecomunicaciones número uno del país, BT, y a su competidor directo Vodafone.

La transacción estima el valor de O2, gigante de la telefonía móvil en el Reino Unido, en 12,700 millones de libras y a Virgin Media, cuyo punto fuerte es la red fija de internet, en 18,700 millones, con sinergias esperadas de 6,200 millones.

O2 es uno de los pocos operadores con su propia red móvil en el Reino Unido. Tiene un total de 34 millones de clientes, incluidos varios millones que pertenecer a operadores que alquilan su red, como Tesco Mobile.

Por su parte, Virgin Media tiene 6 millones de clientes de cable y 3.3 millones de clientes de telefonía móvil.

La CMA se hizo cargo del caso después de lograr en noviembre que la Comisión Europea se lo cediera.

El organismo regulador británico defendió que la fusión tendría repercusiones principalmente en el Reino Unido y que las conclusiones de la investigación se producirían después del 1 de enero y tras el fin del período de transición posbrexit.