Hay una nueva forma de hacer negocios que irrumpe cada vez con más fuerza en el mundo. Esta corriente, denominada Capitalismo Consciente, sostiene que la mirada a corto plazo y enfocada únicamente en los beneficios financieros desvirtúan el verdadero propósito de una empresa, que es crear un mejor país para todos. Ejemplos de capitalismo consciente abundan en las acciones y filosofías de compañías como Whole Foods Market, Southwest Airlines, Costco, Patagonia y The Container Store.
Se trata de una nueva ola de empresarios que genuinamente dirigen sus empresas con un propósito y que se preocupan por satisfacer los intereses de todos los stakeholders, y ya no solo de los accionistas. Por consiguiente, tienen un rendimiento diez veces mayor al de sus pares, según Harvard Business Review.
El movimiento Capitalismo Consciente —fundado por el profesor Raj Sisodia y John Mackey, CEO de Whole Foods Market— se basa en cuatro principios: propósito elevado, orientación integral hacia los stakeholders, liderazgo consciente y cultura empresarial consciente. Suena bien, pero no es tan fácil de poner en práctica.
Sisodia admite que es un reto adoptar esta nueva forma de hacer negocios en un país como el Perú, pero no imposible. “El sector empresarial es un jugador poderoso en muchos países y puede hacerse responsable de generar cambios en la sociedad. Lo he visto en países como Ecuador, Colombia e India”, dice el profesor.
Por eso, el cofundador de Capitalismo Consciente recomienda que las empresas se unan entre ellas y creen una visión común para el Perú en base a lo que ellas, como sector privado y en sus propios negocios, se pueden comprometer a cumplir. “Tener una visión de ese tipo y luego comprometerse públicamente a cumplirla es viable. Las empresas tienen que despertar y ser parte de la solución a los desafíos de la sociedad, no solo haciendo dinero, sino elevando la calidad de vida de la sociedad en su conjunto”.
En el Perú se ha dado un paso hacia esa dirección. El Gobierno promulgó recientemente la denominada Ley BIC, que brinda identidad jurídica a las empresas de “Beneficio e Interés Colectivo” (BIC), es decir, a las empresas con propósito. Otro camino es trazarse objetivos claros y evaluarse constantemente como compañía o aspirar a ser una Empresa (B Corp).