Paris (AFP).- El anunció este lunes un acuerdo con General Motors (GM) para comprar su filial europea de automóviles, propietaria de y Vauxhall, por 1,300 millones de euros (US$ 1,365 millones), creando el segundo constructor de automóviles europeo.

"Esta compra cambia la situación para PSA, ya que nos convertimos en una empresa con un volumen de negocios en el sector automotor de 55.000 millones de euros (US$ 58,000 millones), y llegamos a una sólida segunda plaza en el mercado europeo" detrás de , se felicitó el presidente de la empresa francesa, Carlos Tavares, en una rueda de prensa común con GM en París.

Mary Barra, presidenta ejecutiva del gigante estadounidense, admitió que la venta fue "una decisión difícil". "Pero creemos que es la buena para nuestros empleados, nuestros clientes y nuestros accionistas", dijo.

Además de la compra de las dos marcas, PSA también adquirirá, junto al banco francés BNP Paribas, la filial financiera europea de GM por 900 millones de euros.

PSA, que comercializa Peugeot, Citroën y DS y quiere que Opel y Vauxhall vuelvan a ser rentables en 2020, registró en 2016 beneficios de 2,150 millones de euros.

"Aprovechando el acuerdo fructífero alcanzado con GM, PSA espera que Opel/Vauxhall alcance un margen operativo del 2% en 2020 y del 6% en 2026", indica el comunicado.

La compra incluye seis plantas y cinco fábricas de componentes donde trabajan en total unas 40.000 personas.

La división europea de GM acumula pérdidas de US$ 15,000 millones en los últimos 16 años (257 millones solo en 2016).

PSA también garantizó que mantendrá los planes de pensiones de los trabajadores del grupo, exceptuando algunos casos en Alemania.

Tras haber estado a punto de desaparecer a principios de 2014 el grupo francés espera poner toda su experiencia a disposición de Opel y Vauxhall.

PSA busca reducir costes en 1,700 millones de euros por año hasta a 2026 aunque las consecuencias sobre el empleo siguen siendo una incógnita.

Representantes del personal de las dos marcas han pedido participar en las próximas negociaciones, tras haber sido informados con cierto retraso de la operación.

Carlos Tavares afirmó que no sería necesario cerrar fábricas de Opel/Vauxhall mientras cumplan los objetivos de productividad. Según él, la solución que consiste en cerrar fábricas es "simplista".

Además reiteró su objetivo de convertir al grupo en un líder europeo del automóvil tras esta compra, que lo coloca en segundo lugar del mercado europeo con 17% de cuota de mercado tras Volkswagen (24%).

Opel y Vauxhall vendieron 1.2 millones de vehículos en 2016, que se van a sumar a los 3.15 millones de PSA. Estos 4.3 millones de unidades están sin embargo lejos de los gigantes del sector (Volkswagen, Toyota, GM y Renault-Nissan), que oscilan en torno a los diez millones.

La compra supone una espectacular recuperación para PSA, salvado de la quiebra hace tres años gracias a la entrada en su capital del estado francés y del chino Dongfeng, junto a la familia Peugeot.