Redacción Gestión

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(Bloomberg) Deaver se encuentra atrapado en una pulseada entre su editorial, Hachette Book Group, y . El desacuerdo se centra en cómo dividir los ingresos producto de las ventas de libros electrónicos, y comprende a una creciente cantidad de escritores, entre ellos J.K. Rowling, Stephen Colbert y James Patterson.

Amazon, que busca aumentar la presión sobre Hachette, apeló esta semana directamente a los escritores de la editorial y les preguntó qué les parecía ganar todo lo que produjeran las ventas de libros electrónicos.

La medida amenaza con interrumpir la larga relación de los autores con las editoriales, lo que complica un desacuerdo de meses que ha comprendido el bloqueo por parte de Amazon de las reservas de determinados libros de Hachette y la eliminación de los descuentos en algunos títulos.

"A los autores se nos convoca para presionar a nuestra editorial, con la que tenemos una muy buena relación, y lo hace una compañía con la que estoy en buenas relaciones", dijo Deaver, que ha escrito más de 30 novelas, entre ellas "The Skin Collector".

Aceptar un acuerdo con Amazon sin la aprobación de una editorial violaría los contratos entre editoriales y escritores y dejaría a los autores vulnerables a demandas, dijo Joseph Capobianco, un socio de la firma legal Reisman Peirez Reisman Capobianco LLP, que tiene sede en Garden City, Nueva York.

Los escritores reciben en la actualidad un 25 por ciento de las ventas de libros electrónicos, según los contratos con sus editoriales, dijo Roxana Robinson, presidenta de la Unión de Escritores.

Tomar partidoLa propuesta "vuelve a poner a los autores en el medio en lugar de retirarlos", dijo Steven Gould, que escribió la novela de ciencia ficción "Jumper" y preside Escritores de Ciencia Ficción y Fantasía de los Estados Unidos. "En realidad, se les pide que tomen partido contra sus propias editoriales, con las que tienen acuerdos".

La propuesta desencadenó una nueva ronda de enfrentamientos entre Amazon y Hachette en una disputa que estalló de forma pública en mayo. Hachette rechazó esta semana la medida de Amazon y pidió a "Amazon que retire las sanciones que ha impuesto de forma unilateral".

Hachette puede permitirse dar a los autores los ingresos de los libros electrónicos, dijo en una declaración Sarah Gelman, una portavoz de Amazon, que tiene sede en Seattle.

Los libros de constituyen apenas el 1 por ciento de las ventas de Lagardère SCA, la empresa matriz de Hachette, dijo Gelman, de modo que la editorial "debería dejar de usar a los autores como escudos humanos".Sophie Cottrell, una portavoz de Hachette, no contestó las solicitudes de declaraciones.

La disputa crece conforme se pronostica que los ingresos de los libros digitales se multiplicarán este año por más de ocho respecto de 2010 y llegarán a US$8.700 millones, según Forrester Research.