Huawei
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El lunes, , en la que el Departamento de Justicia reveló las acusaciones contra el gigante chino de las telecomunicaciones por presuntamente haber transgredido las sanciones estadounidenses contra Irán y robar secretos comerciales a EE.UU.

Algunos podrían considerar estas últimas acusaciones como parte de un esfuerzo mayor por parte de la administración del presidente de Estados Unidos, , para sofocar el auge tecnológico de China, a medida que las relaciones entre las dos economías más grandes del mundo se deterioran. Huawei, como lo ha hecho en el pasado, negó haber infringido la ley de Estados Unidos.

Claramente, EE.UU. está inmerso en una lucha geopolítica más amplia para contener a una China en ascenso, mientras que la confianza de Pekín en Washington ha exhibido un peligroso descenso. Hasta cierto punto, Huawei ha quedado atrapado en el fuego cruzado.

Sin embargo, cada vez es más difícil para la empresa pintarse a sí misma como una víctima totalmente inocente. La lista de acusaciones y escándalos en los que Huawei ha estado involucrada ya es larga, y la lista resultante de interrogantes que giran en torno a sus operaciones se está haciendo más extensa.

Incluso si usted no cree en las reclamaciones de que representa una grave amenaza para la seguridad, que hasta el momento se ha mantenido en la hipótesis, las empresas y los países deben preguntarse lo siguiente: ¿cuando el río suena, es porque piedras trae?

Seamos realistas: la reputación zozobrante de Huawei no es simplemente una víctima de la geopolítica. En el 2003, Huawei admitió haber copiado algunos códigos de software de enrutador a Cisco, que había demandado a la empresa china. Huawei tuvo que quitar la propiedad robada.

En el 2010, Motorola demandó a Huawei por robar sus secretos comerciales, un caso que más tarde se resolvió. Ahora, parte de la acusación más reciente indica que Huawei robó tecnología robótica a T-Mobile USA. Un tribunal de Seattle ya falló a favor de T-Mobile en la disputa en el 2017.

Y, a principios de este mes, las autoridades en Polonia arrestaron a un empleado de Huawei ante acusaciones de espionaje. Huawei despidió rápidamente al empleado y declaró que sus supuestas acciones no tenían nada que ver con la compañía.Quizás a Huawei siempre se le está culpando erróneamente.

Sin embargo, pocas empresas de tal envergadura e importancia han atraído tanta letanía de acusaciones de ruptura de reglas. No sería un salto particularmente grande llegar a la conclusión de que la administración de Huawei no ha logrado inculcar un código adecuado de ética comercial en sus empleados. Si usted cree en la acusación de Estados Unidos, son culpables de mucho más que eso.

El Departamento de Justicia afirma que los gerentes de Huawei ofrecieron bonos a los empleados que lograron robar secretos comerciales a otras compañías.

Eso sugiere que el supuesto robo no fue la acción no autorizada de algún empleado deshonesto, sino una iniciativa organizada de la compañía para saquear a sus rivales. Scott Kennedy, director del Project on Chinese Business and Political Economy en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington, DC, consideró que ese es el elemento "más condenatorio" en la acusación. (Huawei no hizo más comentarios sobre esta parte de los cargos).

Luego, también, nombrar a la directora de Finanzas de Huawei, Meng Wanzhou, hija del fundador de la compañía, en un conjunto diferente de cargos por su presunta participación en una tergiversación de los negocios de Huawei con Irán, implica que la presunta actividad ilegal está ocurriendo en niveles ejecutivos muy altos (Meng se encuentra a la espera de una extradición a EE.UU. para enfrentar los cargos). De hecho, el Fiscal General en funciones, Matthew Whitaker, afirmó que la actividad criminal "llega hasta la cima de la empresa".

Tal vez estas infracciones reiteradas sean consecuencia de un impulso para triunfar que fomente una mentalidad de ‘el fin justifica los medios’, mejorada aún más por un entorno empresarial chino que carece de un estado de derecho adecuado.

La administración de Huawei, sin embargo, parece haber agravado el problema al crear una cultura corporativa de secreto y opacidad. Incluso mientras aumentaban las acusaciones contra Huawei, sus ejecutivos generalmente evitaban las apariciones públicas y no respondían a las molestas preguntas sobre la propiedad y los orígenes de la empresa privada.

Técnicamente, sus empleados también son sus accionistas, pero la manera en que funciona realmente el sistema de gestión sigue siendo un misterio.Desde hace poco, la plana mayor de Huawei ha tratado de ser más transparente.

Incluso su solitario fundador, Ren Zhengfei, dejó su ‘automarginación’ para dirigirse a los medios de comunicación a principios de este mes. Y, sin duda, algunas de las vicisitudes que Huawei enfrenta se deben al hecho de que se trata de una empresa china.

No importa lo ferozmente que sus ejecutivos nieguen que espiarían a Pekín, el resto del mundo sabe lo difícil que sería para cualquier empresa del continente decir "no" al Partido Comunista.Sin embargo, los problemas de la empresa son más profundos, en un estilo y método de gestión que parece propicio al mal comportamiento.

Con más y más países examinando las actividades de la compañía y rechazando hacer negocios con ella, Huawei no puede darse el lujo de no solucionar esos problemas.

Por Michael Schuman

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