(Bloomberg Gadfly).- El capital privado puede dar las gracias calurosamente a Kraft Heinz Co. El frustrado intento del grupo de alimentos de los Estados Unidos de comprar Unilever NV genera una oportunidad que el sector de adquisiciones ha ansiado durante años.

Los banqueros de Reino Unido podrían llamarlo un plato combinado de salchichas. Sus colegas continentales tal vez prefieran hablar de un enrollado suizo. Independientemente de cómo se lo llame, quizá haya llegado el momento de combinar los activos de alimentos europeos en una considerable compra apalancada.

Las carteras de las compañías de bienes de consumo más grandes de Europa abundan en empresas de alimentos de mal desempeño que podrían beneficiarse de una administración más enérgica. Los máximos responsables se han mostrado renuentes a permitir la participación de nuevos dueños. Luego del breve asedio de US$ 143,000 millones a Unilever, las cosas están cambiando.

La situación ha llevado al grupo anglo-holandés a revisar la totalidad de su cartera, lo que implica que algunas de sus partes podrían llegar al mercado. El negocio de pastas para untar, que según análisis de Jefferies tiene un valor estimado de 6,000 millones de euros (US$ 6,300 millones), es el principal candidato.

Antes de la oferta de Kraft, Nestlé SA daba muestras de una gran tranquilidad en relación con sus negocios de dulces y alimentos congelados en los Estados Unidos a pesar de que ambos se contaban entre las divisiones de crecimiento más lento del grupo.

Los hechos recientes deberían llevar al máximo responsable Ulf Mark Schneider a repensar las cosas. Los activos podrían tener un valor de hasta 14,000 millones de euros y 19,000 millones de euros respectivamente, dicen analistas de Jefferies.

También está el caso de Reckitt Benckiser Group Plc. La transacción de US$ 17,000 millones del mes pasado por el grupo de fórmula para lactantes Mead Johnson Nutrition Co. incrementa la complejidad y el endeudamiento, de modo que las ventas tendrían sentido.

Analistas de Bernstein calculan que Reckitt podría obtener 9,300 millones de euros de la venta de marcas de productos para el hogar y de alimentos.

Se trata de un total de casi 50,000 millones de euros de posibles objetivos de compra, con una suma de 25,000 millones de euros de ventas y 4,000 millones de euros de ganancia operativa.

El margen operativo total del conjunto de esas empresas es de 16%, sobre la base de datos de Bloomberg y estimaciones de analistas, lo que puede compararse con 23% en el caso de Kraft Heinz.

A esos objetivos de adquisición podrá faltarles crecimiento, pero ofrecen flujos de efectivo estables y posibilidades de mejorar. Los aumentos de márgenes podrían proceder de reducciones de costos y economías de escala.

Los ahorros en marketing podrían resultar difíciles dado que las marcas tienden a ser locales, pero podría conseguirse una mayor eficiencia en la manufactura. Esto no difiere mucho de la forma en que Kraft ha incrementado sus propios márgenes.

Supongamos que es posible comprar alrededor de 10,000 millones de euros de activos y cubrir una mitad con capital y la otra con deuda. Si se pudiera llevar los márgenes de alrededor de 15 a entre 21 y 24 al tiempo que se mantienen estables las ventas, podría garantizarse un incremento de la valuación de alrededor de 40%.

El posible valor de venta sería entonces de 14,000 millones de euros. Deducida la deuda, el capital tendría un valor de 9,000 millones de euros.

En el transcurso de cinco años, el período más habitual de tenencia de una inversión de capital riesgo, eso implicaría un retorno anual de alrededor de 12%. Esos retornos podrían ampliarse con apalancamiento adicional o con crecimiento orgánico.

El capital riesgo ya ha puesto en práctica antes ese modelo. En el sector del cuidado personal y el hogar, BC Partners reunió una serie de marcas, entre ellas las tinturas Dylon y los alimentos Catch, y en el 2014 vendió el negocio en 940 millones de euros a Henkel AG, a la cual le resultó atractiva la operación de (literal) limpieza. El grupo de capital riesgo estadounidense Advent International Corp. creó hace poco Sovos Brands, un vehículo para la combinación de marcas de alimentos y bebidas.

¿Qué es, entonces, lo que impide que el capital riesgo se mueva? El principal obstáculo es la administración. Los financistas a los cuales les gusta la idea de una combinación dicen que es difícil conformar equipos que tengan la idoneidad necesaria para impulsar una serie de negocios y extraer las sinergias del caso. Si pudiera reunirse a las personas adecuadas, sin duda los resultados serían positivos.

Esta columna no refleja necesariamente la opinión de Bloomberg LP y sus dueños.