Las medidas de distanciamiento social requeridas para enfrentar el coronavirus han hecho que las industrias extractivas se vean en la necesidad de ampliar sus campamentos. Según comenta Gustavo Costa, gerente general de la compañía de soluciones modulares Tecno Fast, por lo menos 20 empresas mineras consideran o ya realizan inversiones con la finalidad de tener más espacio para sus trabajadores.
“Hay algunas que no tienen campamentos porque los trabajadores duermen en poblaciones cercanas, pero eso es algo que se quiere evitar para prevenir los contagios”, comenta Costa. Ahora, estas unidades mineras requieren implementarlos en el corto plazo.
De otro lado, hay empresas que sí poseen estas instalaciones, pero no cuentan con suficientes baños. O quizá tienen las camas necesarias, pero están en habitaciones con doble camarote (cuatro personas) y ahora, para cumplir con el distanciamiento, se requiere reducir a solo dos trabajadores por ambiente, lo que demanda una ampliación.
Costa comenta que prácticamente todas las compañías mineras más grandes se han acercado para cotizar ampliaciones de campamentos con Tecno Fast. "Algunas han solicitado módulos para un número reducido de personas y otras para más de 1,000 personas. Son inversiones muy relevantes", explica.
También ha habido demanda, pero en menor medida, de los sectores pesquero y agroexportador. En cada caso, Tecno Fast está desarrollando tres proyectos de ampliación.
Alquiler
Además de la venta de módulos para grandes proyectos, Tecno Fast también cuenta con una línea de negocio de alquiler de módulos. Estas unidades se arriendan a los clientes por un plazo determinado y luego retornan a la empresa, se les da mantenimiento y se vuelven a colocar.
Hasta antes de la pandemia, la flota de alquiler de la compañía ascendía a 3,200 unidades. Ahora, se han visto en la necesidad de producir 400 módulos más en su planta de Lurín para cubrir la demanda.
“En un principio hubo mucha incertidumbre. Esperábamos que la demanda de alquiler de módulos para retail (tiendas por departamento) o sector educativo caiga y se afecten los ingresos. Sin embargo, la venta de proyectos para minería, agro y sector pesquero ha cambiado el panorama”, afirma Costa.
Crecimiento
Cuando empezó la crisis sanitaria por el COVID-19, debido a contracción económica y a las interrupciones en la cadena de suministro para la producción de módulos (sobre todo en cuanto a los materiales usados para elaborarlos), Tecno Fast proyectó una caída de ingresos de hasta 33% para su operación en Perú.
Ahora, con la demanda de diversos sectores, Costa comenta que podría registrarse un crecimiento de 10%, aunque dicha estimación no es concluyente, pues la coyuntura aún es impredecible.
La planta de producción de módulos de Tecno Fast, ubicada en Lurín, está trabajando al 100% de su capacidad. Dichas instalaciones cuentan con dos líneas de producción y también una tercera, usada para el mantenimiento.
Gustavo Costa comenta que se está considerando realizar una inversión en esta última para convertirla una línea de doble función y que se pueda usar también para producir módulos. Incluso existe la posibilidad de implementar un turno de noche para cubrir la demanda de nuevos proyectos y también alquilar un terreno cercano para trasladar los módulos terminados y que la planta pueda tener espacio para elaborar más. Hasta el momento se han invertido US$ 4 millones para potenciar la planta.
El gerente general de Tecno Fast anticipa que otro impulso para el negocio llegará con la Reconstrucción con Cambios, que ahora se realizará a través de un acuerdo con el gobierno del Reino Unido. “En este caso, podemos ofrecer módulos a las empresas constructoras”, indica. De igual manera, las inversiones que son parte del programa Arranca Perú demandarán soluciones de espacio.