Plan de Telefónica para M&A deja a su CEO sin margen de error

Pese al alza, Telefónica aún se encuentra muy por detrás de sus rivales, y el presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete, enfrenta una serie de desafíos más abrumadores para mantener el apoyo de sus nuevos inversionistas.

El primero es la venta de la mayoría de las divisiones de bajo desempeño de Telefónica en América Latina. La promesa no se ha cumplido porque la pandemia ha devastado las economías y desanimado a los potenciales compradores, según personas familiarizadas con las negociaciones. Los esfuerzos por atraer nuevos inversionistas a las empresas de tecnología de Telefónica también están demostrando ser un desafío mucho mayor de lo previsto, señalaron.

Por ahora, la venta de más de 30,000 emplazamientos de torres a American Tower Corp. ha ayudado a contrarrestar la percepción que a menudo expresan los inversionistas de que la dirección de Telefónica promete demasiado y no cumple con las ventas de activos necesarias para reducir la deuda.

Pocos esperaban que Álvarez-Pallete cediera el control total de la infraestructura inalámbrica para generar una ganancia de efectivo aún mayor.

Desde hace algún tiempo, la credibilidad de la dirección de Telefónica ha sido cuestionada y eso se ha evidenciado claramente en el bajo desempeño de la acción, señaló Ricardo Seixas, gestor de Bestinver Gestión, quien compró acciones de Telefónica a fines del año pasado. La venta de torres indica que la compañía está haciendo lo que el mercado espera de ella.

Hay mucho más por hacer. El negocio principal de Telefónica en España, que tiene abundante liquidez, está bajo presión a medida que la pandemia exacerba la intensa competencia.

Eso significa que Pallete debe actuar más rápido para reducir una cuantiosa deuda de 37,000 millones de euros mediante la venta de activos de bajo desempeño y aumentar e impulsar los retornos en Brasil, el Reino Unido y Alemania. La deuda disminuirá en 4,600 millones de euros una vez que se complete el acuerdo con American Tower.

Una de sus mayores maniobras se produjo en mayo pasado, cuando Telefónica y Liberty Global Plc anunciaron la fusión de sus negocios británicos de servicios inalámbricos y de cable en el mayor acuerdo de Telefónica. En diciembre, un consorcio formado por Telefónica y otras dos empresas de telecomunicaciones adquirieron Oi SA en Brasil, allanando el camino para una esperada consolidación de la industria móvil del país.

La incorporación de nuevos socios a los negocios de computación en la nube, seguridad cibernética e Internet de las cosas de Telefónica ayudaría a cumplir la promesa de Álvarez-Pallete de modernizar el antiguo monopolio telefónico y desarrollar su negocio de tecnología para aumentar los retornos.

Incluso después del alza de 10% que registraron las acciones en enero, la relación precio/beneficio adelantado de Telefónica —una medida de las perspectivas de crecimiento del beneficio— es una de las más bajas entre los grandes pares europeos, según datos de Bloomberg.

Álvarez-Pallete separó en el 2019 las actividades tecnológicas y las traspasó a una nueva división con su propio presidente ejecutivo. La iniciativa está completada solo parcialmente. Separar equipos, como los de ventas, del negocio tradicional ha sido un desafío, según personas con conocimiento de la situación.

Hasta que las divisiones tecnológicas sean plenamente autónomas, Álvarez-Pallete no puede invitar a nuevos inversionistas, dijeron las personas, que pidieron no ser identificadas comentando asuntos internos.

Telefónica declinó hacer comentarios.