(Bloomberg) "Una manzana al día es buena para la salud – ¡Dejemos las objeciones!".

Esto ponía la pancarta escrita a mano en Athenry, el pueblecito junto a la costa atlántica de Irlanda elegido por Apple para crear una enorme instalación de datos de US$1.000 millones. El mensaje era para tres personas que se oponen al potencial impacto medioambiental y los beneficios económicos, y procedía de habitantes preocupados de que la compañía descartara el proyecto tras más de un año de retrasos. Entretanto, el bosque permanece intacto hasta que el juez escuche otra ronda de declaraciones en marzo.

"Esto no solo afecta a Athenry, sino a toda Irlanda también", opina Paul Keane, de 39 años, y cuya familia ha vivido en la zona durante generaciones. "Si le decimos que no a Apple, ¿qué dice eso de Irlanda? Es bueno que tengamos un sistema justo y abierto, pero no puede retrasarse". La que sería una de las inversiones europeas más importantes de Apple es aún más relevante para Irlanda como marca, en un año que ha resultado complicado.

El voto de Reino Unido a favor de abandonar la Unión Europea ha amenazado con poner fin a los acuerdos con uno de sus principales socios comerciales, a la vez que el triunfo electoral de Donald Trump podría minar el estatus de Irlanda como refugio para las compañías estadounidenses en Europa. Esto ya estaba en tela de juicio después de que la UE ordenara a Apple pagar 13.000 millones de euros (US$13.800 millones) en relación con sus acuerdos acerca de los impuestos irlandeses. Tanto la compañía como el Gobierno han apelado.

Para algunos, Athenry ilustra un problema mayor: la dificultad para ejecutar grandes desarrollos de infraestructuras en Irlanda, en comparación con otros países, independientemente de lo atractivo que pueda resultar su régimen impositivo. Apple ya ha puesto los cimientos para un proyecto similar en Dinamarca que su máximo responsable, Tim Cook, anunció simultáneamente hace más de 18 meses.

En aquel momento, Cook esperaba que el centro de datos irlandés comenzara a operar en 2017. Ahora, es poco probable que el proyecto se complete antes de marzo de 2019, como pronto, basándose en el calendario que la compañía ha mostrado en las reuniones. Al preguntar acerca de los retrasos, Apple remite al comentario de Cook en septiembre que siguió a la decisión de la UE sobre los impuestos, sobre que la compañía continúa "comprometida con Irlanda".

El centro de datos en el bosque de Derrydonnell ocuparía 166.000 metros cuadrados, el equivalente a 23 campos de fútbol reglamentarios. Cuando Cook anunció su plan, fue bien recibido en una región que se ha convertido en sinónimo de malas perspectivas económicas, inmortalizada en una balada popular de mediados del siglo XIX.

Rápidamente, el proyecto quedó atascado en objeciones a los planes. La semana pasada, un juzgado de Dublín admitió acelerar los trámites para el segundo desafio legal a la aprobación del plan, si bien eso significa que el juicio no se producirá hasta dentro de cuatro meses. Aunque el tribunal probablemente no bloqueará la totalidad del centro, podría devolver el proyecto al proceso de diseño si encuentra fallos en el procedimiento previo.