Cuando la economía más grande del mundo eleva su tasa de interés, todo el mundo siente el impacto en sus costos de financiamiento. “Eso es particularmente cierto en los mercados emergentes, donde una proporción significativa de los préstamos tiende a ser denominado en dólares estadounidenses”, indica el banco privado suizo Pictet en un reciente informe.
“Se espera que la Reserva Federal de EE. UU. realice tres aumentos de tasas de interés este año y más en 2023, lo que podría poner a los inversionistas en mercados emergentes un poco nerviosos. Sin embargo, nuestro análisis demuestra que sería un error colocar a todos los países en desarrollo economías en el mismo saco; pues su vulnerabilidad ante las medidas restrictivas de la Fed varía ampliamente”, indica Pictet.
Para detectar las diferencias, el banco analizó 13 factores de riesgo, incluyendo mediciones de deuda pública y privada, balance de cuenta corriente, reservas internacionales, etc. En total se evaluó 25 economías emergentes.
Según el reporte de Pictet, Perú ocupa el puesto 17 de 25 países evaluados, donde el puesto uno es el menos vulnerable y el 25 el más vulnerable. Así, el el mercado peruano se encuentra por delante de países de la región como México, Chile y Colombia.
Estos dos últimos se ubican en el grupo de países más vulnerables, junto con Romania y Hungría. “Los cuatro tienen elevadas necesidades de financiamiento externo, sobre todo en monedas fuertes”, señala.
“En el otro extremo de la escala, Taiwán, Rusia, India, China y Corea probablemente sean los más resistentes [frente a un alza de la tasa de la Reserva Federa]. Estos países tienen, en general, sus reservas en buenas condiciones, lo que significa que pueden intervenir para respaldar sus monedas frente al dólar—si es necesario— y además cuentan con bajos niveles de deuda externa”, precisa Pictet.
La historia sugiere que el impacto negativo de las subidas de tipos de EE. UU. en los mercados emergentes se exacerba durante tiempos de crecimiento económico más lento, lo que para Pictet es el escenario más probable para este año.
“En 2022, esperamos que el crecimiento se recupere del mínimo alcanzado en el tercer trimestre del año pasado, lo que puede ofrecer algo de amortiguamiento contra el aumento de las tasas de EE. UU. A más largo plazo, los desequilibrios deberían corregirse, como vimos en 2013 durante el tapering. Las monedas de los países emergentes más afectados se debilitarán, haciendo que sus exportaciones sean más competitivas, lo que con el tiempo estimulará el crecimiento”, considera el banco suizo.