Redacción Gestión

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París (Reuters).- El titular de PSA Peugeot Citroen, Philippe Varin, pidió al Gobierno francés que tome medidas para reducir los costos laborales, un día después de que la compañía anunciara el recorte de y el primer cierre de una planta automotriz del país en dos décadas.

Varin, que habló el viernes en entrevistas con el diario francés Liberation y la radio RTL, también buscó aliviar las tensiones con los sindicatos al señalar la flexibilidad en la implementación del plan de reestructuración.

"Nos gustaría ver una reducción de las cargas que pesan sobre los costos laborales", dijo el presidente ejecutivo en su entrevista con el periódico.

Se espera que el Gobierno francés revele un plan amplio de respaldo al sector automotor el 25 de julio.

Las acciones de Peugeot se desplomaban a mínimos en 26 años el viernes, a medida que los inversores revisaban la acción a la luz de los datos financieros que acompañaron el anuncio de reestructuración.

"La mala noticia es el nivel de dolor que Peugeot está sufriendo actualmente para llegar a este punto", dijo el viernes en una nota la analista de Barclays Capital Kristina Church, que redujo el precio meta del banco sobre las acciones a 5 euros desde 8.5 euros.

Al anunciar los recortes laborales el jueves, la segunda automotriz de Europa advirtió sobre una pérdida neta en la primera mitad del año y dijo que la división clave de manufacturación estaba gastando 200 millones de euros (245 millones de dólares) por mes.

El flujo de dinero en efectivo operativo se mantendrá en el rango negativo hasta el 2015, agregó la empresa.

Peugeot buscará crear 1,500 nuevos empleos a través de la conversión de su fábrica en Aulnay, cerca de París, para acomodarse a otras industrias y compañías luego de su cierre en el 2014, dijo Varin el viernes. "Hay espacio para maniobrar en la implementación de estas decisiones", añadió.

El nuevo presidente socialista de Francia, Francois Hollande, dijo a los ministros que estaba "extremadamente preocupado" por los recortes y los instó a minimizar el impacto social, según informó su oficina el jueves.

Pero el Gobierno no ha pedido a Peugeot que abandone el plan, lo que generó la ira de los poderosos sindicatos del país.