(Foto: EFE)
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La estatal brasileña anunció que cerrará una fábrica de fertilizantes de una de sus subsidiarias que emplea de forma directa a 396 trabajadores, tras varias intentos sin éxito para su venta.

La empresa Araucaria Nitrogenados (Ansa), filial de Petrobras, presenta "perjuicios recurrentes desde que fue adquirida en el 2013", lo que hace inviable su continuidad, justificó la petrolera en un comunicado.

Entre enero y septiembre del 2019, la subsidiaria tuvo pérdidas de cerca de 250 millones de reales (unos US$ 60 millones) que este año podrían superar los 400 millones de reales (US$ 96.6 millones), según cálculos de Petrobras.

Ansa, que tiene capacidad para producir 1,303 toneladas diarias de amoníaco y 1,975 toneladas diarias de urea, entre otros productos fertilizantes, fue comprada por la estatal brasileña por US$ 234 millones al gigante minero Vale.

Su fábrica, situada en el estado de Paraná, en el sur de entrará ahora en un proceso de “hibernación”, que consiste en una paralización de sus actividades de manera progresiva durante un plazo de seis meses.

"Permanecerá hibernada en condiciones que garanticen la total seguridad operacional y ambiental, así como la integridad de los equipamientos", amplió Petrobras.

Transcurrido ese periodo echará el cierre definitivo y con ella se despedirá a los 396 empleados que trabajan de forma directa en la unidad.

"En el contexto actual de mercado, la materia prima utilizada en la fábrica (residuo asfáltico) está más cara que el producto final (amoniaco y urea)", destacó la petrolera en la nota.

Petrobras afirmó que empeñó "todos los esfuerzos" para la venta de su filial, incluida en su programa de desinversión desde hace más de dos años, pero las negociaciones con el grupo ruso Acron se cerraron sin éxito, como ya anunció en noviembre pasado.

También recordó que la decisión en relación a Araucaria Nitrogenados se enmarca dentro de su plan para salir integralmente del negocio de fertilizantes.

Petrobras, la mayor empresa de Brasil y con acciones negociadas en las bolsas de Sao Paulo, Nueva York y Madrid, se encuentra en un proceso de reestructuración tras los malos resultados financieros obtenidos a partir de los múltiples casos de corrupción investigados desde el 2014, en la conocida Operación Lava Jato.

Tras cuatro años consecutivos de pérdidas, la estatal petrolera volvió a registrar beneficios en el 2018, tendencia que continuó en el 2019, a la espera de la divulgación de los resultados anuales.

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