Pamolsa, empresa de empaques con inversiones y participación mayoritaria del colombiano Grupo Carvajal, quiere crecer 20% este año, sin embargo, depende de la llegada de máquinas tras inversiones en capex y déficit de materia prima.
¿Cómo les fue en el 2020?
En marzo paró abruptamente la operación; abril fue casi sin venta y mayo fue muy malo. Teníamos el 99% de empaques solo para alimentos y, prácticamente, lo único que funcionaba eran los supermercados. Pero, hacia el segundo semestre, hubo una explosión de demanda que copó nuestra capacidad productiva y vendimos más de lo que teníamos presupuestado hacia el último trimestre luego que muchos se convirtieran en emprendedores.
¿De qué manera atendieron esta nueva demanda?
Lanzamos Pamolsa Express, un canal digital mediante el cual atendemos directamente a emprendedores con cantidades pequeñas y no por medio de una cadena de distribución. Hoy tenemos una plataforma web que atiende estos negocios y una vez que la economía se abrió, atendimos a nuestros clientes tradicionales. Una de las cosas que no paró fue el agro.
¿Cómo les fue en esa línea?
Perú es el primer exportador de arándanos y hubo un boom en la exportación de uvas. Pese a la pandemia, los envíos de fruta no pararon y hacemos contenedores para estos productos. Cuando se activó el delivery también nos ayudó, no solo restaurantes de 5 tenedores, sino también de comida rápida y de barrio. Con eso los proyectos se tuvieron que acelerar.
¿Aumentaron capacidad?
La pandemia hizo que algunos equipos que esperábamos recibir en el primer semestre de 2020 se retrasaran, tanto de Asia como de Europa, con líneas italianas y austriacas, que eran inversiones para aumentar la capacidad productiva, termoformadoras y extrusoras para productos en PET, y los productos austriacos eran formadoras de productos en cartón.
¿A cuánto asciende la inversión en estos proyectos?
Teníamos pensado invertir US$ 14 millones el año pasado, pero logramos ejecutar casi US$ 12 millones. El restante se suma para los otros US$ 14 millones de este año. Un 70% está enfocado a equipos para hacer productos ecoamigables, básicamente impresoras, propeladoras y formadoras de productos en cartón. Hemos logrado algunos lanzamientos también, como la línea en cartón con bagazo de caña de azúcar. Esto lo hacemos con cartón a partir de fibra maderable, aunque la mayoría de nuestros envases de cartón son hechos de bagazo, que es muy sustentable.
¿Qué líneas crecieron más?
Las líneas nuevas se han llenado y el food service ha tenido un impacto positivo en el portafolio que logró captar un poco del descenso que tuvimos en productos industriales. El consumo de helados y yogures bajó el año pasado por el cierre de colegios y universidades. Además, pasó más a formatos familiares.
Una de las líneas que más creció fue la de empaques de fruta. Entre julio y octubre vendimos más de 600 toneladas. En ese caso lo que más creció fue la línea ecoamigable (empaques hechos con PET que se hace con 50% de material reciclado).
¿Están variando su producción hacia ello?
Lo que estamos trabajando este año es llegar a un 80% de material reciclado con PET, que es una tendencia mundial porque se puede volver a reciclar y entra en la economía circular. La otra línea importante es el cartón. En enero hicimos récord de ventas en este producto y estamos lanzando nuevos productos en una nueva línea bioform. Es hasta cinco veces más costosa que el plástico, pero cada producto tiene un nicho diferente. La pandemia ha reconfigurado las tendencias hacia una demanda de empaques, seguimos produciendo a full capacidad.
¿Cuál es su expectativa para este año?
El año pasado, pese a los meses malos del primer semestre, hicimos el 86% de los ingresos. Incluso, hacia el cuarto trimestre, contratamos más gente y este año seguiremos haciéndolo porque queremos facturar un 20% más respecto al 2020, aunque depende de dos factores. El crecimiento irá por las nuevas líneas de PET y bagazo de caña de azúcar en cartón.
¿De qué factores depende el crecimiento?
Por un lado, que las máquinas que compramos lleguen cuando lo esperamos luego de un retraso en enero. De otro lado, contar con las materias primas; Perú no produce casi ninguna materia prima para empaques; no tenemos industria petroquímica, por lo que las resinas termoplásticas vienen de afuera a excepción del reciclado. Tampoco producimos cartón, que importamos de Finlandia o Estados Unidos, y el bagazo de caña de azúcar desde Colombia.
¿Cómo solucionar ese tema?
Para sortear el aspecto logístico de materias primas hemos recurrido a otros mercados como el Medio Oriente con proveedores con los que antes no contábamos. Y es que la falta de insumos limita la capacidad productiva. El tema hoy no es de a quién o cuánto vendo, sino de cuánto puedo.
Escenario logístico complicado
Pamolsa también atiende el mercado exterior, cuyas ventas representan el 14% de la facturación. “Las exportaciones se dirigen principalmente a Chile (50%), Ecuador, Bolivia, Puerto Rico y algo para Cuba, países que no tienen una gran industria de empaques para food service, pero sí para industria. Hoy se nos hace imposible abastecer la demanda que tenemos en Chile (PET y cartón), que es un gran importador de empaques y su proveedor natural ha sido Asia, aunque ahora mira a Sudamérica” señaló Ricardo Echegaray.
Ello debido -dijo- a que hay un escenario logístico complicado en todo el mundo. “El año pasado muchas navieras dieron de baja a parte de su operación, y hoy China tiene una demanda de contenedores y naves que absorbe la demanda mundial, lo que ha hecho que la logística sea compleja hoy. Poner un producto en un país alejado es difícil, así como traer materias primas”, anotó.
Refirió, por ejemplo, que el polipropileno dobla hoy el precio del año pasado. En ese contexto, “Chile tiene una ventaja logística porque tenemos una distancia corta y tienen puertos a lo largo de su costa hacia donde despachamos”, mencionó.