Redacción Gestión

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La noche en que Massimo Bottura subió al escenario de The World's 50 Best Restaurants Awards soltó una voz temblorosa. "Ha sido tan duro. La gente piensa que somos como estrellas de rock, pero es trabajo duro". Acto seguido, alzó triunfante el galardón para blandirlo junto a su bandera italiana.

No era para menos. Su restaurante, Osteria Francescana, fue elegido como el mejor del mundo desplazando a El Celler de Can Roca, que el año pasado tentaba por segunda vez en su historia el liderazgo.

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Así, el local ubicado en Módena, con tres estrellas Michelin, ha conseguido convertirse en el primero de origen italiano de escalar a la posición N°1 de los Óscar de la gastronomía, de la mano de una propuesta que pasa por reinterpretar la comida tradicional de ese país.

Un recorrido con bachesBottura es reconocido por abocarse a trabajar los ingredientes tradicionales de la cocina italiana con métodos innovadores, pero sus adaptaciones no siempre fueron valoradas por los clientes.

Es por eso que hace quince años estuvo a punto de dejarlo todo y cerrar el restaurante, pero su esposa logró convencerlo. Él decidió que debía continuar, aunque en ese momento la gente no entendiera lo que estaba haciendo.

De pronto, hacia 2011 una avería en la carretera provocó que varios chefs, y un inspector de la Guía Michelin se detuvieran en Módena y decidieran cenar en su restaurante. Fue un golpe de suerte. Desde ese instante las crí- ticas positivas no dejaron de llover. Bottura pronto se adjudicó su primera estrella y nunca más miró hacia atrás.