FOTO 1 | Las bajas temperaturas de la ciudad de Harbin en China, permiten que las esculturas de hielo se mantengan en pie.
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Una revisión de seguridad de la industria china de fórmulas para bebés dejó esta semana fuera de las tiendas unos 1.400 productos, lo que allana el camino para que marcas internacionales como Nestlé SA y Danone amplíen sus participaciones en un mercado de US$20.000 millones.

Las normas de regulación vigentes a partir del 1º de enero exigen que las fábricas que elaboran leche maternizada registren esos productos en la Administración de Alimentos y Medicamentos de China y aprueben inspecciones de seguridad. Las plantas deben limitarse a trabajar con tres marcas, y esas marcas solo pueden hacer tres productos diferentes cada una.

La venta de productos no certificados por el Estado está prohibida. Esos productos por lo general provenían de marcas locales más pequeñas, a veces dudosas, que utilizaban polvo genérico y le ponían etiquetas propias.

Con las nuevas leyes, esas marcas han quedado al margen de las fábricas, reemplazadas por gigantes ​​multinacionales con suficiente demanda -y confianza del consumidor- como para mantener las líneas de producción funcionando al máximo.

"Hay tantas fórmulas de leche en polvo para lactantes en el mercado", dijo Liu Xuecong, secretario general de la Asociación China de Alimentos y Salud Nutricional, supervisada por el gobierno. "La fabricación es aleatoria y cambiante, y las empresas presentan tantos conceptos que a los consumidores les resulta difícil elegir".

Hasta el momento, la Administración de Alimentos y Medicamentos de China ha aprobado 940 productos de leche maternizada de 129 fábricas, dijo el organismo. Eso se compara con más de 2.300 formulaciones disponibles antes del 1º de enero.

La reestructuración, en sintonía con el llamamiento del presidente Xi Jinping a mejorar la calidad de vida de los chinos, tiene sus raíces en un escándalo de 2008 en el que por lo menos seis bebés murieron y otros miles enfermaron por leche contaminada con melanina.

Los escándalos continuaron pese a la represión. En 2016 la policía de Shanghái arrestó a nueve personas por producir y vender fórmulas falsas bajo las marcas Similac y Beingmate. Hace no mucho, en noviembre, se determinó que más de 18.000 latas de fórmula infantil producidas por Xinjiang Western Animal Husbandry contenían ingredientes vencidos.

Preocupadas por el alimento que proporcionaban a sus bebés, las madres recurren a marcas extranjeras, más caras, dando por sentado que contienen mejores ingredientes y que han pasado por controles de seguridad más estrictos. Eso catapultó a Nestlé, Danone y Reckitt Benckiser Group Plc a los primeros puestos en el mercado de US$20.000 millones, según Euromonitor International.

"Si la calidad es buena, la compraré, aunque el precio sea alto", dijo en Shanghái Zhou Liwen, que tiene 34 años y un hijo de tres. “Nunca he considerado la fórmula de marca local. La seguridad es el mayor problema".

Nestlé, la mayor empresa de alimentos del mundo, está reevaluando su estrategia de ventas en China, dijo Binu Jacob, director ejecutivo a cargo del negocio de nutrición infantil en la región.

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