El fabricante japonés tiene claro que para ser "protagonista" en , tal y como pretende, debe "jugar fuerte" y capear la actual crisis financiera en , donde en julio abrieron su nueva planta, explica a Efe el presidente de la automotriz para la región, José Luis Valls.

"No estamos acá jugando fuerte para ser un jugador marginal, queremos ser protagonistas y un jugador muy relevante en la región", dice en entrevista con Efe en Miami, desde donde dirige la operación de Nissan en la región.

Cuando habla de su apuesta se refiere a los 600 millones de dólares invertidos en la planta de Córdoba (Argentina), que comenzó oficialmente su producción el 31 de julio pasado, que se suma a la línea de producción de Resende (Brasil), donde inyectaron otros 187,5 millones de dólares más, y se mostró optimista de que necesitarán incrementar su capacidad en un futuro.

"Lo que tenemos que empezar a hacer es jugar fuerte en los países que marcan el ritmo", dice en referencia a Brasil y Argentina, que representan el 70 % del tamaño de todo el sector de la región.

Quedaron atrás los tiempos en los que estaban "limitados a jugar como importadores" y conformarse al 3 o 4 % del total de la industria al carecer de una base industrial en Argentina y Brasil, pero ahora con las plantas de Resende y Córdoba aspiran a mucho más.

Nissan viene de estar con 3 % del total de la penetración de mercado en 2013 a superar este año el 5 %, objetivo que inicialmente estaba marcado para dentro de dos años.

Pero Valls asegura que ahora tienen "con qué jugar" y su plan es hacerse en un periodo de seis años con el 7-8 % del mercado con la base de la inversión actual, en cifras, apunta, que son conservadoras.

Para lograrlo apuesta por los vehículos de pasajeros que salen de Resende - March, Versa y Kicks- y la camioneta Frontier que se fabrica en Córdoba, donde se montan otras dos "pick-up" bajo la misma arquitectura, una para Renault y otra Daimler bajo marca Mercedes-Benz.

Explica que la producción en Córdoba va "muy bien" y están entregando los autos "de acuerdo al plan" y con la idea de ir "acelerando" paulatinamente, pero "asegurando mucho la calidad" en estas primeras semanas.

Pero la inauguración de julio en Córdoba, a la que asistió el presidente Mauricio Macri, se ha visto empañada por un marco económico "convulsionado" en Argentina con una devaluación de la moneda local del 98 % frente al dólar en lo que va de 2018, y un 34 % en agosto, que les ha obligado a adecuar los "planes a la realidad".

Aunque sin detallar en qué consisten esos ajustes, sí explica que esta situación les ha llevado a adelantar su "plan agresivo" de apostar por mantener la operación de una manera "muy eficiente" y acelerar la alianza que tienen con socios manufactureros locales.

"Para blindarte de la fluctuación cambiaria hay que estar muy localizado en partes", indica Valls, que, sin embargo, reconoce que le hubiera gustado tener más tiempo para afianzar la apuesta de trabajar con proveedores locales.

Reconoce que el entorno en el corto plazo no es el "ideal" y por eso el responsable de Nissan para Latinoamérica pide al Gobierno mantener unas "reglas bien claras" para poder planificar con tiempo.

Con todo, asegura que la situación financiera en Argentina en "nada" cambia sus planes a largo plazo, pues la "volatilidad" hay que tomarla como algo "inherente" a la región, y mantiene muy firme su confianza en los fundamentos "muy fuertes" de Argentina en camionetas y vehículos en general.

A pesar de la "turbulencia" en Argentina, Valls es muy positivo sobre la región, en la que quieren entrar "todas" las automotrices del mundo, sabedoras de un "potencial" dado por su gran población, bajo índice de motorización y su riqueza en materias primas, aunque todavía con el "debe" de la inversión en infraestructuras.

En su apuesta figura, a partir de marzo o abril de 2019, el eléctrico Leaf, aunque lo hará de una manera "pequeña" y pensando en avanzar en su estrategia de "intelligent mobility" (movilidad inteligente), basada en tres pilares: electrificación, conectividad y autonomía.

"En la región estamos acelerando fuertemente en las dos primeras", mientras que el de la autonomía no es una "prioridad", aunque para la electrificación reconoce que "no hay una misma foto para Latinoamérica" y cada país va a diferente velocidad en materia regulatoria.