El vertido de petróleo en la Amazonía peruana tras un sabotaje ocurrido el martes al Oleoducto Norperuano no ha podido ser detenido por un impedimento de la comunidad indígena Mayuriaga en Loreto, denunció Petroperú, la operadora estatal del oleoducto.

La gerente de Gestión Social y Comunicaciones de Petroperú, Beatriz Alva Hart, denunció que "hasta hoy el crudo sigue saliendo y sigue impactando el ambiente" debido a que la comunidad Mayuriaga no ha permitido el ingreso del equipo especialista para que selle el ducto y evite un mayor derrame.

Alva Hart agregó también que los autores del sabotaje asumieron la autoría del mismo a través de redes sociales, un hecho que se produce por vez primera y que evidencia que el delito "ha pasado de la amenaza, a la concreción de la amenaza, con un impacto ambiental que afecta a todos los peruanos".

En esa línea, denunció que el Ministerio Público no ha tomado todas las medidas posibles para crear las condiciones de ingreso de los efectivos policiales a la zona.

Además, apuntó que pese a que existía la amenaza al oleoducto en un acta fiscal previa, el fiscal ante quien se ha denunciado el atentado, no ha podido acceder al punto y "solo ha levantado el acta con la manifestación de las partes".

El martes último Petroperú confirmó que se había perpetrado un sabotaje al ONP, en la zona del distrito de Morana, a 500 metros de la Comunidad indígena de Mayuriaga, que la conforman 90 familias.

Según denunció la institución, los autores son Isaías Tunki Sumpa, Benjamin Tupika Samin y Carlos Ankuash, quienes el 20 de noviembre secuestraron a veinte trabajadores de Petroperú y amenazaron en una carta con dañar el oleoducto si no se anulaban los resultados de las elecciones del distrito de Morona, donde uno de los hermanos de Sumpa, Samuel Sumpa, perdió las elecciones.

Ante esta amenaza, Petroperú suspendió el bombeo de crudo por el oleoducto, pero a pesar de ello la tubería aun contaba con cierta presión en el momento que se le practicó el corte.

El Oleoducto Norperuano, operativo desde 1977, transporta el petróleo extraído en la selva peruana hasta el terminal portuario de Bayóvar, en el océano Pacífico, mediante 1,106 kilómetros de tuberías que atraviesan la Amazonía y la cordillera de los Andes.