ARM
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La multinacional de diseños de chips ARM, con sede en el , ha dado instrucciones a sus empleados para que se suspendan los negocios con, revela la cadena pública británica BBC, tras acceder a documentos internos de la firma.

ARM, dedicada a los semiconductores y al desarrollo de software, ordena paralizar "todos los contratos activos, respaldar derechos y cualquier compromiso pendiente" con Huawei y sus subsidiarias a fin de cumplir con la orden comercial reciente del Gobierno de

La semana pasada, Washington declaró una emergencia nacional para prohibir a las empresas del país usar equipos de telecomunicaciones fabricados por firmas que supuestamente intentan espiar a Estados Unidos, lo que afecta a los negocios de compañías chinas como Huawei.

Los diseños de ARM, que tiene ocho oficinas en Estados Unidos, forman la base de la mayor parte de procesadores de aparatos de telefonía móvil del mundo.

En un documento interno al que tuvo acceso la BBC, la compañía de fabricación de chips señaló que sus diseños contienen "tecnología de origen estadounidense".

Como consecuencia, ARM considera que le afecta el veto impuesto por la administración de a las compañías tecnológicas estadounidenses para que no hagan negocios con el gigante de telecomunicaciones de China Huawei.

ARM, que tiene su base en Cambridge (Inglaterra) y emplea a 6,000 trabajadores, era considerada como la mayor firma tecnológica del Reino Unido hasta que fue adquirida en el 2016 por un fondo japonés.

En un comunicado, la firma explicó que está "cumpliendo con las últimas regulaciones del Gobierno de Estados Unidos", si bien declinó hacer más comentarios.

Los empleados de ARM fueron informados de la decisión el pasado día 16 a raíz del anuncio hecho por el Departamento de Comercio de Estados Unidos.

La BBC pudo acceder a documentos internos en los que también se indicaban las implicaciones del veto estadounidense.

Según uno de esos documentos, se pedía a los trabajadores de ARM que suspendieran todo tipo de interacción con y sus subsidiarias.

También se recomendaba a los empleados que enviaran una nota al gigante chino, señalando que debido a una "situación desafortunada", no podían "proporcionar apoyo, entregar tecnología (bien software, códigos u otras actualizaciones), involucrarse en discusiones técnicas o hablar de asuntos técnicos con Huawei, HiSilicon u otras de las entidades nombradas" por Estados Unidos.