Foto 5 | Contrata por proyecto. Volverte un “empleado” trae consigo mucha carga. Esto puede llegar a formar una barrera que entorpezca el proceso de tu startup, ya que son pocas las personas que se animan a trabajar para un negocio “recién salido del horno”. En lugar de contratar trabajadores emplea colaboradores para proyectos en específico.
Foto 5 | Contrata por proyecto. Volverte un “empleado” trae consigo mucha carga. Esto puede llegar a formar una barrera que entorpezca el proceso de tu startup, ya que son pocas las personas que se animan a trabajar para un negocio “recién salido del horno”. En lugar de contratar trabajadores emplea colaboradores para proyectos en específico.

Durante los últimos 21 años, la fundadora en serie de startups Stefania Mallett ha estado buscando capital de riesgo, generalmente de inversionistas blancos y hombres. A fines de la semana pasada, concluyó su mayor inversión hasta el momento, US$100 millones para hacer crecer EzCater Inc., una startup que cofundó hace 10 años para conectar a las empresas con el servicio de banquetería de los restaurantes locales. "Cuando llegó la transferencia bancaria, pensé, nunca había visto tanto dinero en mi vida", dijo Mallett, de 62 años.

La ronda de financiación de EzCater es la más grande que ha obtenido una fundadora y máxima ejecutiva en tecnología este año. Se compara con la empresa de planificación de bodas Zola, cofundada por Shan-Lyn Ma, que también recaudó US$100 millones en mayo. Mallett, que anteriormente había recaudado US$70 millones para EzCater, atribuyó su éxito a un refinado enfoque de la presentación de la propuesta.

"Creo que el ambiente se ha vuelto solo un poco menos difícil", dijo. "Pero yo he cambiado. He aprendido a contar mi historia de una manera sin perspectiva de género y eso significa centrarse casi por completo en los datos".

Una reciente serie de titulares en el mundo del capital de riesgo podría dar la impresión de que la industria históricamente dominada por hombres ha dado un vuelco. Además de las grandes rondas de financiación como la de EzCater, Bain Ventures sumó en mayo su primera socia inversora mujer, y Greylock Partners sumó a su segunda (después de perder la primera). El mes anterior, Redpoint Ventures nombró a su primera socia general mujer. Siguió a otras instituciones con historial como Union Square Ventures, Benchmark y First Round Capital, las cuales marcaron el mismo hito en 2017.

Sin embargo, cuando se trata del flujo del capital, la historia es diferente. En lo que va de este año, el despertar de la industria después del movimiento #MeToo no se ha traducido en una inyección de efectivo para muchas fundadoras. Según un análisis de Bloomberg de los datos del primer trimestre, de los 250 acuerdos de capital de riesgo más grandes, solo 12 de ellos fueron para fundadoras y equipos de fundadoras exclusivamente de mujeres, un aumento mínimo frente a nueve en 2015. Mientras tanto, la proporción de volumen de negocios para equipos de fundadoras exclusivamente de mujeres, aumentó a un 4.8 % desde el 3.6 % en 2015. Y de los 496 fundadores que participaron en esos 250 acuerdos, 45 fueron mujeres, o el 9.1 %, frente al 6 % de hace tres años.

El lento ritmo de cambio se ha atribuido a menudo a la demografía de los capitalistas de riesgo. Según la Asociación Nacional de Capital de Riesgo, el 89 % de los socios en empresas de riesgo son hombres. "No creo que (el desequilibrio del capital inicial) cambie hasta que tengamos más socias de capital de riesgo mujeres", dijo Stacey Ferreira, fundadora de la startup con sede en San Francisco, Forge Technologies.

Pero incluso incorporar más mujeres inversionistas no será una panacea. Como descubrió un análisis de Bloomberg el año pasado, las empresas de capital de riesgo más grandes con socias mujeres no fueron más propensas a respaldar a las fundadoras comparado con las empresas exclusivamente de hombres. Y muchas de las mujeres emprendedoras más exitosas no recibieron respaldo de capital de riesgo de mujeres.

Los líderes tecnológicos están aceptando cada vez más que no hay una solución comodín para todos. Max Levchin, máximo ejecutivo de Affirm Inc. y cofundador de PayPal, ha intentado "reclutar activamente candidatas mujeres fuertes", agregar programas de desarrollo de liderazgo y hacer un esfuerzo para "revisar nuestro proceso de entrevistas y buscar situaciones en que podamos eliminar los prejuicios involuntarios". Hoy en día, más de un tercio de los empleados gerenciales de la compañía son mujeres. La conciencia del problema es alta, dijo Levchin, pero "hablar de ello no es un reemplazo de la acción".

Algunas empresas de capital de riesgo también están adoptando un enfoque más agresivo. BBG Ventures, dirigida por la ex máxima ejecutiva de Gilt Groupe Susan Lyne, busca compañías con al menos una fundadora mujer. Forerunner Ventures, iniciada por Kirsten Green, ha tenido éxito al apostar en proyectos liderados por mujeres en comercio electrónico. Y el Fondo de Fundadoras Mujeres, con una misión que se explica por sí misma, recaudó US$ 27 millones para un nuevo financiamiento inicial en mayo.

Pero estos movimientos pueden tardar un tiempo en reflejarse en los datos de la industria. Chamath Palihapitiya, cofundador de la firma de capital de riesgo Social Capital, cree que se necesitarán más salidas de fundadoras de alto perfil antes de que la comunidad más general del capital de riesgo tome conciencia. "La desafortunada realidad es que Silicon Valley no va a cambiar hasta que los incentivos económicos estén ahí para cambiar", dijo Palihapitiya. "Cuando tenemos ejemplos de equipos más diversos que tienen éxito, que lo harán, el resto lo copiará".

Eso significa que los eventuales cheques para mujeres en tecnología dependerán de cómo empresas como EzCater se desempeñen en los próximos meses y tal vez años. Si florecen las empresas con diversidad y los fondos centrados en la diversidad, se puede esperar que la industria se alinee para respaldar a más de ellos. Si no, el progreso real aún podría estar lejos.

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