La empresa biotecnológica tenía ficheros de sus partidarios y detractores en España y otros seis países de la , anunció el grupo , después de que a principios de mayo se revelara su existencia en Francia.

Estas revelaciones reflejan las dificultades que afronta Bayer tras su adquisición en el 2018 de Monsanto -una de las mayores operaciones realizadas por un grupo alemán, que fue de US$ 63,000 millones-, y que se enfrenta además a numerosas querellas relativas a la salud de usuarios, en especial por su herbicida elaborado con glisofato.

Bayer prometió transparencia después de que se revelara la existencia de este tipo de listas en Francia.

Bayer, que tiene su sede en la ciudad alemana de Leverkusen (oeste), admitió en un comunicado que la agencia de comunicación Fleishman Hillard "estableció para Monsanto listas de personalidades en Francia, Alemania, Italia, Holanda, Polonia, España y el Reino Unido, además de otras relacionadas con las instituciones europeas".

Estos ficheros afectaban "principalmente a periodistas, políticos y otros grupos de interés", agregó el grupo alemán.

El gabinete de abogados Sidley Austin, tras ser solicitado por la empresa alemana, "determinará si estas listas existen también en otros países", indicó además Bayer.

Indignación

Hasta ahora solo se conocía la existencia de este tipo de listas en Francia, y ello generó indignación entre los medios políticos y de prensa en Francia, lo que obligó al grupo a presentar sus excusas. Bayer ya había asegurado la semana pasada que otros países europeos estaban "muy probablemente" afectados.

La empresa química alemana también anunció haber puesto fin "hasta nueva orden" a su colaboración en materia de comunicación con la agencia Fleishman Hillard.

anunció que continuará, sin embargo, trabajando con este gabinete en cuestiones de marketing.

Varios medios franceses, como Le Monde, France Télévision, Radio France, Le Parisien y la Agencia France-Presse, anunciaron haber presentado un recurso a la justicia contra estos ficheros después de que Le Monde y la cadena de televisión France 2 revelaran a principios de mayo que cientos de personalidades (políticos, científicos, periodistas, etc...) habían sido clasificados en función de sus posiciones respecto a los pesticidas o los organismos genéticamente modificados, y la posibilidad de influir sobre ellas.

Tras estas revelaciones, la justicia francesa impulsó una investigación por las sospechas de la creación de ficheros presuntamente ilegales mediante "la recolección de datos personales a través de medios fraudulentos, desleales e ilícitos".

Estos databan del 2016, es decir antes de la compra de por el grupo alemán Bayer culminada el año pasado.

Un aluvión de querellas

Al problema de los ficheros se suman para Bayer las cerca de 13,400 demandas relacionadas con el herbicida , elaborado con glifosato, al que los querellantes atribuyen graves consecuencias sobre su salud, incluso cánceres.

Un jurado de California condenó la semana pasada a Monsanto a pagar más de US$ 2,000 millones a una pareja de estadounidenses enfermos de un cáncer que atribuyen al Roundup.

Bayer ha recurrido esas sentencias alegando que "el consenso entre los principales reguladores de salud en todo el mundo es que los productos a base de glifosato se pueden usar de manera segura y que el glifosato no es cancerígeno".

Cerca del 45% de la capitalización bursátil del gigante químico alemán se ha esfumado desde que compró Monsanto en junio del 2018.