La moda en el Perú: de la oferta limitada hacia la democratización

El interés por la moda como una industria de alto potencial en el Perú no es tema reciente. Ya desde 1990, Gestión ha venido cubriendo los principales movimientos del sector, como el desarrollo de desfiles, marcas o apertura de tiendas. No obstante, evidentemente el fortalecimiento de la economía durante la última década ha generado un mayor impulso tanto en la oferta como en la demanda y, por ende, una mayor atención en el periodismo económico.

Así, hoy tanto en la versión web como en la versión impresa, con una página fija de Moda dentro de la sección Tendencias, Gestión sigue de cerca las noticias que marcan la agenda en el mundo de la moda nacional e internacional.

Entre los aspectos que más han cambiado en el ámbito nacional destaca la oferta de marcas de moda. En los últimos diez años se han abierto cerca de 40 centros comerciales hasta superar los 60, con ventas anuales por unos US$7,000 millones, que acogen a decenas de cadenas del rubro locales y extranjeras.

Y el dinamismo en número de jugadores internacionales ha sido especialmente intenso en los últimos años: la española Zara abrió su primera en el Perú a inicios del 2012; la norteamericana Forever 21 lo hizo en octubre del 2014 y la sueca H&M, en mayo de este año .

En el 2015 también Efraín Salas, organizador de LIF Week , cumple 25 años desde que organizó su primer desfile de modas en Lima. Y no solo han cambiado las condiciones en infraestructura y oferta de proveedores, sino que la orientación de la pasarela es otra. El ejecutivo explica que se ha pasado de ser un evento de caridad orientado a un número reducido de mujeres limeñas para convertirse en una plataforma donde los diseñadores exponen sus propuestas y los asistentes van a consumir moda.

Con todo, el Perú aún se encuentra por debajo de los líderes de la región, como Brasil y Argentina. Los especialistas consultados para este artículo coinciden en que la democratización de la moda supone el mayor reto de la industria. Cuando los diseñadores locales consoliden sus marcas y la mayoría de peruanos tenga acceso a esta y otras propuestas de moda, el mercado habrá madurado.