En los próximos dos años, el grupo analizará qué se puede hacer para mejorar la difícil situación de niños que trabajan en talleres de explotación laboral en condiciones desastrosas.
En los próximos dos años, el grupo analizará qué se puede hacer para mejorar la difícil situación de niños que trabajan en talleres de explotación laboral en condiciones desastrosas.

Tras concentrarse en industrias como la armamentística y la del carbón, el fondo soberano de inversión de Noruega, de US$ 1 billón, está empezando a prestarle atención a la moda.

El fondo soberano de inversión más grande del mundo abrirá junto a Unicef una red con algunas de las principales empresas de moda para defender los derechos de los niños, ya sea que se los explote en la producción de prendas y calzado o la industria los afecte de otra manera.

Entre 10 y 15 empresas con un valor de mercado total de más de 2 billones de coronas noruegas (US$ 244,000 millones) se sumaron y participarán en el primer evento de la red el 27 de noviembre en Ginebra, dijo Carine Smith Ihenacho, la directora global de estrategias de inversión del inversor noruego. Algunas de ellas son Hennes & Mauritz AB; Kering, dueña de marcas de lujo como Gucci y Saint Laurent; y VF Corp., dueña de marcas como North Face y Wrangler.

En el transcurso de los próximos dos años, el grupo analizará qué se puede hacer para mejorar la difícil situación de niños que suelen trabajar en talleres de explotación laboral en condiciones desastrosas. La iniciativa también se concentrará en áreas como la educación, la salud y la nutrición, desde el acceso a la educación hasta la posibilidad de que las madres que trabajan amamanten.

“Hoy no se está haciendo lo suficiente”, dijo Smith Ihenacho el miércoles en entrevista desde la oficina en Oslo de Norges Bank Investment Management, la unidad del banco central que administra el fondo. “Esperamos que esto también mejore las prácticas de mercado de otras empresas. Esperamos que esto sea como una especie de marcador de tendencias”.

Ejemplos
El mundo quedó pasmado al ver lo mal que se trata a algunos trabajadores textiles cuando en el 2013 se derrumbó la fábrica Rana Plaza en Bangladesh y murieron más de 1,100 personas. Un año antes, incendios en instalaciones de Pakistán también habían llamado la atención a la dura vida de esos trabajadores. Como normalmente los minoristas globales subcontratan la producción en países de mercados emergentes, la complejidad y la extensión de la cadena de suministro hacen difícil eliminar prácticas como el trabajo infantil.

Aunque es difícil documentar el número exacto de niños que trabajan para la industria textil, UNICEF estima que en todo el mundo unos 250 millones de menores son afectados de alguna manera por la cadena de suministro, ya sea directamente, a través de su familia o de su medio ambiente local, dijo Camilla Viken, directora de UNICEF Noruega.

“En la industria textil y su cadena de suministro hay muchos desafíos”, dijo Viken en una entrevista. “Es muy importante comenzar por ahí para mejorar los derechos y la vida de muchos niños”.

El fondo invitó a 30 empresas de moda a sumarse a la iniciativa. De las 10 o 15 que lo hicieron, solo tres quisieron que se las identificara. El fondo tiene inversiones por 44,000 millones de coronas en las que se sumaron, dijo Smith Ihenacho. Señala que el fondo espera poder identificar más empresas a medida que avance el trabajo.

“Esta es la primera iniciativa de su tipo, una prueba piloto y un proyecto precursor”, dijo Viken, de UNICEF. “Es natural que algunas empresas se pongan a la cabeza”.