LVMH
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LVMH reportó ventas que superaron las expectativas el primer trimestre y las carteras se robaron el espectáculo. Cuidado con leer entre líneas.

El resultado, dentro del cual las ventas orgánicas generales subieron 11% y los productos de moda y cuero ascendieron 15%, tiene potencial de guiar las perspectivas sobre la industria.

La inquietud de que la fiesta del lujo pudiera estar llegando a su fin ha estado presente más o menos durante los últimos 12 meses, en medio del escepticismo sobre la posibilidad de que las ventas extraordinarias en China en los últimos dos años pudieran continuar, pero el repunte de los mercados bursátiles al inicio del 2019 alimentó la esperanza de que los consumidores de productos lujosos sigan gastando.

Entonces el informe de ventas de LVMH del miércoles, los primeros datos duros de un grupo global durante los primeros tres meses del año, se pueden considerar una señal de que todo están bien en el mundo del lujo.

Esa conclusión sería apresurada. El sólido resultado del grupo no es una señal de que todas las marcas de productos de alto costo tienen clientes que compran hasta el cansancio.

Con escala, marcas sólidas en moda, cosméticos y bebidas, además de alcance geográfico, LVMH puede prosperar en tiempos de vacas gordas y flacas. Lo mismo en el caso de Kering y Hermes - esta última tiene un talento particular para controlar la oferta de sus emblemáticas carteras.

Las acciones de los grandes nombres de la industria del lujo han repuntado desde comienzos de año. LVMH avanzó hasta alcanzar un récord el jueves.

Vale la pena acotar que no todo fue buenas noticias para el grupo: las ventas de relojes y joyas estuvieron por debajo de lo proyectado por analistas.

Aquello no es un buen presagio para la industria de los relojes en general. Como he mencionado con anterioridad, las marcas de relojes de mercado medio también hacen frente a la competencia que ofrecen modelos inteligentes. Esto podría ser una preocupación para empresas como Swatch Group y Richemont, que ha limitado su propio crecimiento al recomprar excedente de inventario para alinear más la oferta y la demanda.

En cuanto a casas de lujo más pequeñas como Prada, Burberry Group, Salvatore Ferragamo y Tod’s, las cosas son más difíciles. No tienen las mismas ventajas que los gigantes mundiales y en su mayoría están en medio de iniciativas para revertir su situación. Arriesgan ser desplazadas del camino por cualquier deterioro en el telón de fondo de los consumidores.

Pese a que China parece encaminada a un aterrizaje suave en cuanto a los productos de lujo, el panorama económico mundial sigue siendo motivo de inquietud: el Fondo Monetario Internacional redujo su pronóstico de crecimiento al nivel más bajo desde la crisis financiera.

Las compras de artículos de lujo van bien cuando los mercados bursátiles son boyantes y los consumidores se sienten confiados.

Si bien las cosas parecen ser así actualmente, al igual que la cartera del momento, este escenario podría no seguir a la moda.

Por Andrea Felsted

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.