Huawei se encuentra en el centro de una disputa entre China y Estados Unidos. (Foto: AFP)
Huawei se encuentra en el centro de una disputa entre China y Estados Unidos. (Foto: AFP)

Por: Tim Culpan

Pese a todo el lío sobre la prohibición de utilizar equipamiento de en países occidentales, la importancia de ese negocio para la compañía china está bajando.

Las ventas a operadores telefónicos cayeron a 41% de los ingresos totales el año pasado, según el informe anual de Huawei. Se trata del menor porcentaje registrado hasta ahora. Los ingresos relacionados con productos de consumo, en particular los teléfonos inteligentes, subieron 48% y dieron cuenta del 48% del total.

Se puede argumentar que es una situación como la del huevo o la gallina. La categoría de ventas a carriers bajó respecto al total por la presión global, pero en realidad dicha presión cobró fuerza recién en el segundo semestre de 2018. Los contratos multimillonarios para implementar redes no quedan abandonados a medio camino así de rápido.

De hecho, si la ola de escepticismo en contra de Huawei hubiese tenido un efecto inmediato eso se habría notado en lo que respecta a los dispositivos, ya que los caprichos de los consumidores cambian todo el tiempo. El crecimiento excepcional, medido en términos de ventas e ingresos, revela que el consumidor promedio no se preocupa mucho por las inquietudes en torno a la marca.

Después de todo, millones de ellos todavía tienen instalado en sus smartphones con Android de , así que la privacidad no está entre sus prioridades.

Eso no quiere decir que Huawei va a minimizar la caída de 1.3% en ingresos ligados a los operadores telefónicos. Es de esperar que sus ejecutivos continúen con su enorme, costosa y a veces torpe campaña en la que se retratan como los buenos samaritanos incomprendidos y maltratados de la industria de telecomunicaciones.

El negocio de equipamiento de redes de Huawei ya pasaba por una especie de mala racha antes de que el tío Sam apareciera y le comenzara a lanzar lodo. En 2017, su crecimiento bajó a 2.5% luego de superar el 20% los dos años previos.

Eso tiene que ver más con el momento y la tecnología que con la bruja malvada de Occidente. Huawei se benefició bastante del despliegue mundial de redes e incluso mejoras a redes , pero buena parte de eso ya se completó, lo que significa que estamos en un momento de calma antes del despegue de la tecnología .

No hay duda de que Huawei quiere que la inviten a la fiesta 5G. La compañía trabajó muy duro para ganarse un lugar en las redes 4G y quiere aprovechar ahora que tiene un pie en la puerta. Quizás pensó que el éxito en 4G le daría prioridad en 5G, en especial dado que una parte importante de la tecnología 4G de la empresa no compatibiliza fácilmente con los sistemas 5G de otros proveedores de equipos.

Esta falta de interoperabilidad le valió durante la semana una reprimenda respetuosa de parte del máximo ejecutivo de AT&T, Randall Stephenson.

Es poco probable que Huawei repita el enorme crecimiento que anotó el año pasado en ventas de teléfonos inteligentes. Es de esperar que aparezca en titulares noticiosos en cada trimestre de este año, con atribución de culpa a la desaceleración china, la guerra comercial y la presión internacional, pero si uno analiza las tendencias más amplias en redes y dispositivos de consumo se da cuenta de que la empresa no es dirigida por tontos.

Su división de equipos de consumo ahora es mayor que la de redes. No obstante, el crecimiento a nivel de dispositivos probablemente se desacelerará por las tendencias globales divorciadas de la política, con lo cual debe aprovechar el próximo despliegue de 5G a fin de asegurar crecimiento cíclico.

Es por eso que Huawei está desesperada por permanecer en la lista de invitados a la única fiesta en la cual los tragos fluyen libremente.Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.