Hatch es una las empresas líderes a nivel global en servicios para la minería. A lo largo de 60 años, ha conseguido protagonismo en varios de los principales países mineros como Canadá y Sudáfrica. La firma llegó al Perú a mediados de los noventa, con una presencia relativamente pequeña, pero que en la última década ha ido consolidando.

Los ingresos de la corporación se calculan a nivel de cluster, es decir, de grupos de países en los que operan y que incluso intercambian capital humano. Sin embargo, se estima que la operación peruana tiene una facturación entre los US$ 8 millones y los US$ 10 millones.

"El crecimiento para este año se ubicará entre 5% y 10%. Pero, cuando llegue la recuperación económica, esperamos un incremento de hasta 30% después del 2018", afirma Pierre Montauban, country manager de Hatch en el Perú.

Hatch tiene varios proyectos en la mira, como la transición de open pit a mina subterránea de Antamina y otros que contemplan el manejo de residuos mineros, que es la línea de negocio con mayor potencial de crecimiento, según apunta Rafael Dávila, líder corporativo de la práctica de gestión de residuos mineros de Hatch.

Potencial"Nuestra visión es posicionarnos en los servicios de desaguado de relaves mineros", explica Dávila. Una mina se desarrolla en un entorno de balance hídrico, algunas veces por falta de agua y otras por exceso. Ejemplos de lo primero ocurren al sur del Perú y al norte de Chile, donde el agua llega a tener un costo de hasta US$ 7 por metro cúbico.

Para que el proceso sea costo eficiente, el manejo de los residuos mineros es esencial. "Lo normal sería mandar esa agua junto con los relaves a una presa, pero es tan costosa que es necesario recuperarla. Para ello, existen tecnologías de espesamiento para alcanzar consistencias manejables de las que incluso, posteriormente, podría recuperarse más mineral", señala el ejecutivo.

En este punto, Dávila destaca la importancia del manejo de recursos hídricos en la minería y recuerda cómo este fue crucial en casos como los de Conga o Tía María. Así, desde Hatch consideran que expansiones de proyectos como Las Bambas o Yanacocha son oportunidades interesantes para prestar servicios en el manejo de residuos mineros.

"Considero que, con el plan que vamos a llevar adelante en Hatch para el Perú, en cinco años podremos duplicar los ingresos. La meta es facturar US$ 20 millones solamente en relaves", manifiesta Dávila.

ExperienciaHatch, en el Perú, empezó prestando sus servicios a Antamina. La firma consiguió que la etapa de ramp up tomara solo tres meses, cuando esta puede llegar hasta nueve. También ha trabajado para Antapaccay y Las Bambas. Hoy lo hace para Bofedal II, de Minsur, y espera también participar en Marcobre.