La pandemia modificará la forma en que la gente paga por productos y servicios. Así, para evitar el riesgo de contagio, se espera un mayor uso de soportes digitales y electrónicos en detrimento del cash. Sin embargo, esta tendencia, en un país altamente informal y de baja bancarización como el Perú, tiene límites.
Solo en Lima Metropolitana, según comenta Miguel Gonzáles, gerente general de Cash Control, existen negocios en distritos del cono norte, ubicados en malls, donde el nivel de recaudación de efectivo asciende al 80% de la venta.
“Y si vemos ese mismo negocio, por ejemplo, un restaurante, pero localizado en un distrito como San Isidro, los pagos en efectivo no representan ni siquiera el 30%”, precisa el representante de la empresa que ofrece soluciones para la gestión del cash.
Gonzales explica que la diferenciación se observa principalmente en la localización geográfica de los negocios y estrato socio económico de los clientes, pero también en función al giro de negocio de cada empresa.
“En el caso de las distribuidoras, donde los camiones reparten productos, pero también recaudan los ingresos, el nivel de efectivo que recogen de las bodegas es tremendo”, afirma.
Cash
Ipsos estima que, al año pasado, 7.8 millones de peruanos entre 18 y 70 años están bancarizados, lo que representa el 47% del Perú urbano. De otro lado, según el Reporte de indicadores de inclusión financiera de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP, el volumen de créditos en relación al PBI el 2019 fue de 42.1% y de depósitos sobre PBI, 40.6%.
"El nivel de bancarización en Perú es bajo", afirma Gonzales. "En estas circunstancias es muy difícil que el flujo de efectivo se detenga".
El gerente general de Cash Control considera que el riesgo de contagio del COVID-19 impulsará a las personas a evitar el pago en efectivo. Sin embargo, estima que en el caso más extremo, cuando los negocios en la actualidad recaudan hasta el 80% de sus ingresos en cash, esta proporción como máximo podría caer al 60%.
“No creo que en los últimos dos meses, durante la cuarentena, haya habido más tarjetahabientes o ahorristas. Seguimos en el mismo nivel de penetración. Pero se observa mucho potencial en el uso de billeteras electrónicas que no te obligan a estar bancarizado”, asevera