Goldman Sachs Group Inc., vilipendiado después de la crisis financiera del 2008, acaba de ver cómo se empañaban los esfuerzos de diez años para limpiar su imagen a medida que fiscales y reguladores de todo el mundo descargaban acusaciones y castigos contra el banco después de una investigación de un año sobre el fondo de inversión de Malasia 1MDB.
Los costes de Goldman por el escándalo se dispararon más allá de los US$ 5,000 millones el jueves, y una filial se declaró culpable de un cargo penal en Estados Unidos por primera vez en la historia de la firma. La matriz firmó un acuerdo para evitar una condena que podría paralizar sus negocios, prometiendo que se comportará correctamente.
En una inusual reprimenda, Goldman también obligará al líder ejecutivo, David Solomon, y a su antecesor, Lloyd Blankfein, a ceder sus remuneraciones, atribuyendo una responsabilidad personal a dos de los líderes más visibles de la industria por el escándalo de alcance mundial.
Por encima de todo, los acuerdos ofrecen otra cruda imagen de la mecánica de una trama financiera costosa que involucra al gigante de Wall Street, con documentos judiciales que citan correos electrónicos internos y conversaciones. En su acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, el banco admitió que ejecutivos y otro personal del grupo conspiraron para pagar más de US$ 1,600 millones en sobornos con el fin de ganar negocios en Malasia. Ese acuerdo incluye la pena más alta de la historia según la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero.
Goldman ya había sido objeto de atención por un comportamiento reprobable en el 2010. En aquel caso se le acusó de vender engañosamente inversiones vinculadas a hipotecas que alimentaron las pérdidas de los inversores en la crisis crediticia del 2008. Los nuevos acuerdos de 1MDB con autoridades en tres continentes podrían focalizar aún más la atención de los críticos en la empresa, en una era de creciente frustración con el éxito de Wall Street durante una recesión económica y disparidad de ingresos.
“No subestimaría el impacto de ese contexto”, dijo Peter Atwater, profesor adjunto de William & Mary. “Goldman es muy afortunado de resolver esto hoy. Si el estado de ánimo social se deteriorara, el coste financiero y las ramificaciones legales serían mucho más graves”.
El caso se centra en el trabajo de captación de capital de la firma en el 2012 y 2013 para el fondo estatal, conocido formalmente como 1Malaysia Development Bhd. El grupo de banca de inversión de Goldman, liderado en ese momento por Solomon, recaudó US$ 600 millones de las ventas de bonos. El banco alcanzó un acuerdo inicial con Malasia en julio que incluyó un pago de US$ 2,500 millones.